AGC controlan 92% de Cacarica
El miércoles 18 de octubre, a eso de la 1:00 p.m., sobre el río Atrato, a menos de 15 minutos del puesto de control de la infantería de marina frente a Travesía, se observó una panga de colores rojo y blanco de nombre ‘Niña Nicolle‘ con aproximadamente 7 neoparamilitares de las autodenominadas Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC), en dirección hacia Turbo.
Desde las 7:00 a.m., desde La Tapa hasta el poblado de río Perancho hacia la comunidad de La Virginia, territorio colectivo de Cacarica, se movilizaron diez integrantes de las autodenominadas AGC.
Posteriormente, ese mismo día, a las 4:00 p.m., otros cuatro AGC subieron por el río Perancho en dirección a la comunidad de La Virginia, con aproximadamente 10 neoparamilitares vestidos de civil.
De acuerdo com versiones directas en el corredor entre el Río Perancho y el canal Zapata hay una significativa presencia de hombres de las AGC uniformados y altamente armados. La presencia armada pretende enfrentar una avanzada del ELN hacía Cacarica.
Las operaciones armadas de AGC continúan desarrollándose en y el entorno de Cacarica con la ineficacia, la complicidad, la tolerancia de las Fuerzas Militares.
En el punto conocido como La Tapa, territorio colectivo de Cacarica, continúan el control, señalamiento y amenazas por parte de las AGC, contra las comunidades defensoras de derechos humanos promotoras de paz y ambiente, y organismos internacionales.
Alias “Niche” es el encargado de controlar e intimidar la población civil, y quién además vive en este lugar desde hace algunos meses.
Hoy los neoparamilitares ejercen control en el 92% de las comunidades del territorio colectivo, es decir, en 23 de las 25 comunidades.
Desde enero pasado lograron consolidar su poder social territorial con iniciativas productivas básicas, provisión de bienes de salud y educación, intimidación, señalamientos, generando desplazamientos selectivos a los que están siendo sometidos la población.
La desaparición, tortura y posterior asesinato de José Merlín Murillo días atrás refleja la capacidad de terror de estas estructuras que operan con la ineficacia del Estado colombiano.
El uso, goce y disfrute del territorio a la población afrocolombiana es hoy imposible y el gobierno aparece impotente o es inexistente como Estado Social y de Derecho.
Bogotá, D.C., octubre 19 de 2017
Comisión Intereclesial de Justicia y Paz