Acaparamiento de tierras en Colombia
Colombia no es la excepción de adquisiciones masivas de tierras en el mundo. El Banco Mundial planteó para nuestro país la formalización de la propiedad y el reconocimiento del despojo y su eventual restitución para dar piso legal a inversiones privadas en el sector agrario colombiano. Al lado de estas medidas el gobierno de Juan Manuel Santos promueve un estatuto de desarrollo rural que abre las posibilidades de compra y venta de tierras para inversionistas internacionales.
Diversas fuentes oficiales reconocen que más de 6.6 millones de hectáreas han sido despojadas mediante el desplazamiento forzado agudizando la desigual distribución de la tierra donde el 1,1% de los propietarios es dueño del 52%. Es el país con mayor número de desplazados internos del mundo con entre 4.9 y 5.9 millones de personas.
Parte de esos territorios estratégicos se encuentran en el Bajo Atrato chocoano y el expresidente Uribe en su gobierno, confesó su obsesión por expandir en esas tierras colectiva del bajo Atrato la palma aceitera, la ganadería extensiva y el banano de exportación. Esos territorios se ubican en lo que se ha llamado la ‘Mejor Esquina de América’, área en la que se han cometido crímenes de lesa humanidad, crímenes ambientales y despojo de tierras por el paramilitarismo de Estado, que mediante el uso de la violencia, en acciones conjuntas con fuerzas militares del Estado despoja territorios que son entregados a inversores nacionales y extranjeros.
En continuidad con la respuesta a la crisis energética mundial, el presidente Santos ha intensificado la producción de agrocarburantes. En particular para la demanda alimentaria de China e India promueve la producción agraria de exportación en 10 millones de hectáreas para 2014 con las tierras de la Altillanura. Muchas de estas han sido asignadas a campesinos en pequeñas porciones dentro de la figura de Unidad Agrícola Familiar.
Los casos de acaparamiento en Colombia han estado acompañados de irregularidades, de corrupción, de violencia, de daños ambientales y la quiebra de pequeños y medianos productores. Se trata de tierras que fueron entregadas a campesinos pobres, mediante la figura de Unidades Agrícolas Familiares, que no pueden ser compradas como tampoco puede un mismo propietario acumular más de una unidad agrícola familiar. Para evadir la ley estas empresas constituyen otras compañías de fachada. Algunos ejemplos:
La empresa Italo- Española Poligrow, creada en el paraíso fiscal de Luxemburgo, ha plantado 5 mil hectáreas de palma aceitera en Mapiripán,
La empresa Riopaila-Castilla, adquirió 40.000 hectáreas en el Vichada haciendo uso de 7 sociedades españolas, que fueron transferidas a su vez a Vizcaya Holding S.A.R.L., con sede en Luxemburgo.
La empresa transnacional norteamericana Cargill, adquirió 40.000 hectáreas, también en el Vichada a través Black River Colombia.
El empresario Luis Carlos Sarmiento Angulo, 62 más rico del mundo, según la revista Forbes, a través de empresas de Corficolombiana, adquirió en el departamento del Meta cerca de 14.000 hectáreas. El grupo empresarial es propietario de Pizano S.A y Maderas del Darién S.A., que ha explotado ilegalmente en territorios colectivos en Santa Rosa de El Limón y Vigía de Curvaradó, y Cacarica, en el Chocó.
La empresa La Dulce Vista – LDV, vinculada a Sinergy Group del Brasilero boliviano Germán Eframovich y de la que hace parte la petrolera canadiense Pacific Rubiales, adquirió cerca de 5.000 hectáreas de tierras en el Cesar. Esas tierras son reclamadas por campesinos y fueron declaradas como propiedad de la nación. De LDV es socio también, el reconocido político y empresario colombiano Carlos Murgas.
Las empresas Uniban y Banacol, vinculadas con compañías como Chiquita Brands, pretenden cerca de 100.000 hectáreas, en función del agronegocio del plátano, banano, palma aceitera y la ganadería extensiva en Curvaradó y Jiguamiandó, Pedeguita y Mansilla, región del Bajo Atrato chocoano, de donde paramilitares desplazaron a sus habitantes .
El conflicto armado de cinco décadas en Colombia tiene como raíz la concentración de la tierra en pocas manos y la exclusión política. Santos desde septiembre de 2012 anunció como punto de las conversaciones con las FARC el de las tierras. La guerrilla propuso que se discutiera el tema del acaparamiento, sin embargo el gobierno no estuvo de acuerdo. En los posibles diálogos con la otra guerrilla del ELN se prevé que el tema del suelo y el subsuelo y la inversión, sea parte de las discusiones.
Comunidades locales y organizaciones rurales de indígenas, afrodescendientes y mestizos han desarrollado propuestas de movilización en la calle, junto con la movilización virtual y de arraigo territorial alternativo. Movilizaciones agrarias nacionales, exigencias de reconocimiento de las Zonas de Reserva Campesina, cumbres agrarias, movilizaciones contra las represas, siega y tumba de la palma aceitera, recuperación de territorios colectivos, Zonas de Biodiversidad, acueductos comunitarios son parte de esa expresión colectiva. Iniciativas que formulan necesidad de cambios en la política agraria y en la soberanía para construcción de modelos agroecológicos distintos de los del mercado global, donde la producción campesina sea estimulada, la soberanía sobre la tierra de los afrodescendientes, mestizos e indígenas sea respetada y se avance en la redistribución equitativa de la tierra.
Las estrategias nacionales se vinculan internamente al movimiento rural y ambientalista en sus diversas expresiones organizativas y se interrelacionan con las que desarrollan en Brasil el MST, en la India, Etka Parishad o la Vía Campesina, entre otras. Así como a debates parlamentarios de casos o sobre la política gubernamental. Todas estas acciones incluyendo acciones jurídicas han logrado tumbar disposiciones legales que favorecen el acaparamiento.
Las iniciativas también buscan acceder a mecanismos regionales de protección en el Sistema Interamericano de Derechos Humanos, donde se han logrado importantes avances en el reconocimiento de derechos, así como en el sistema de UNASUR. En el sistema de Naciones Unidas ante la OIT, FAO y la relatoría para Empresas y Derechos Humanos se tienen aprendizajes.
Nunca todos los logros y esfuerzos lograrán terminar el acaparamiento pero dejan precedentes importantes y enseñanzas para el presente y futuro de la humanidad ante el muro empresarial que se ha cimentado para justificar la desigualdad rural, la crisis ambiental, y el control de la tierra para supuestamente evitar el hambre, y enfrentar el cambio climático. Muchos retos quedan para garantizar la posibilidad de subsistencia a mediano plazo de las vidas en el planeta. Las organizaciones están haciendo lo suyo; se requiere interactuar estratégicamente y cualitativamente mejor.
Tomado de: http://thebrokeronline.eu/Blogs/Power-dynamics-and-natural-resources/Acaparamiento-de-tierra-en-Colombia