Abuso de autoridad con privaciones de libertad y amenazas
El lunes 1 de febrero a las 5:20 p.m.fue detenido ilegalmente por militares Jhon Fredy Cartagena, integrante del Consejo Comunitario de Jiguamiandó que habita en la Zona Humanitaria Nueva Esperanza, luego de terminar sus labores de trabajo diario.
15 unidades militares de la Infantería Marina y 15 hombres del Batallón de Selva ubicados en el punto conocido como Caballito, ubicado a una hora y diez minutos en embarcación de la Zona Humanitaria Nueva Esperanza, retuvieron a Jhon manifestando que debían hacerlo porque se encontraban en un operativo. Simultáneamente efectivos del Batallón de Selva tomaron el motor del bote en el que Jhon se transportaba.
El martes 2 de febrero familiares e integrantes de la comunidad realizan un plan de búsqueda. Hacia a las 6.00 p.m. los familiares de Jhon se comunican con el teniente Gallardo quién manifestó que se encontraba en su poder en cumplimiento de su labor militar.
A las 6:30 p.m. por presión de la comunidad de Nuevo Esperanza recobró su libertad, siendo Jhon condicionado a firmar un documento de buen trato y de ausencia de vulneración de sus derechos.
La comunidad observó que en el lugar conocido como Caballito se encontraban tres personas más detenidas, dos de ellas, de la comunidad de Las Menas, Robinson Gallego, Yuberley Hernández y un muchacho conocido como Popoche que es de Bajirá.
Hasta el momento se desconoce la condición en que se encuentran y la razones por los que fueron privados de su libertad.
Al recobrar su libertad, Jhon Fredy y los líderes de la comunidad preguntaron por el bote y motor a los militares del Batallón de Selva. En respuesta los efectivos regulares expresaron: ” gonorrea” (…) “dejen de ser perros o quieren que los amarremos ”
Mientras uno amenazaba e insultaba, otro de los soldados manipulaba su fusil de manera amenazante contra Jhon y la comunidad.
Uno de los militares agrega que ellos, los militares, porque no pueden llevarse el motor, “si la comunidad se lo presta al ELN y las AGC” y luego, el sargento de apellido Madrid manifiesta que ni el motor ni la embarcación la van a regresar porque el ejército necesita movilizarse.
Hoy un grupo de la comunidad afromestiza del Consejo Comunitario de Jiguamiandó de Nueva Esperanza regresó al paraje de Caballito para reclamar la devolución del motor y la embarcación, sin encontrar a los militares.
El talante del desarrollo de las operaciones militares siguen desconociendo los derechos de la población bajo mentalidad de enemigos internos.
Los abusos de autoridad y la arbitrariedad es sus modos de operación son vergonzosas que son similares a las delincuenciales.
Los militares violan derechos fundamentales amparados en la impunidad.
Bogotá D.C., 3 de febrero de 2021
Comisión Intereclesial de Justicia y Paz