Abuso a menores en la Iglesia Católica

La necesidad de pronunciarnos sobre el abuso sexual a menores por parte de sacerdotes, religiosos, religiosas y obispos de la iglesia católica, se debe al agravante que comporta que, quienes tienen la obligación de protegerlos, sean justo los mismos que cometen este ultraje y por las consecuencia que para la sociedad tiene esta practica continuada y el manto de impunidad con que se le recubre.

Mucho hemos dicho sobre el papel de lo religioso para la superación de las crisis globales, mas estas prácticas restan autoridad moral para solicitar a una iglesia como la católica intervenir en este asunto, a pesar de las voces que claman en el desierto como las de los obispos Alvaro Ramazzini gautemalteco, Tomas Gumbleton estadounidense y el sacerdote Roy Borugeois también estadounidense, que antes que ser escuchados han sido objeto de censura por parte de los jerarcas de sus países.

La tensión entre la iglesia institución y la vida, se deja sentir con fuerza en este tema. Todos los medios han reproducido hoy la carta que el portal de internet Golias colgó, en la que el cardenal Colombino Darío Castrillón felicitaba a un obispo francés por no entregar a un sacerdote implicado en pedofilia, a las autoridades de ese país para que fuera castigado conforme a las leyes civiles. Esta actuación del cardenal, que obraba en el 2001, año en que envió dicha carta, como Prefecto para la Congregación del Clero del Vaticano, muestra el premeditado encubrimiento de estos vejamenes por un alto representante del Vaticano. El mensaje perverso es claro: todo se puede hacer con tal que la institución no se afecte… y casos sobran para ilustrarlo, como los traslados, las evasivas, las manifestaciones de que se trata de ataques a la iglesia, los eufemismos que la iglesia es pecadora… de cautelosos pedidos de perdón… pero nada de fondo.

Qué constructivo sería que las congregaciones y diócesis implicadas, o alguno alguno/alguna de sus sacerdotes o religiosas arriesgaran su tranquilidad institucional manifestando, de su cuenta, la indignación que les produce estos atentados contra la dignidad de niñas y niños y de la sociedad, reconocieran la responsabilidad, solo por ser iglesia y/o parte de la congregación, y entregaran al implicado a disposición de la justicia civil, para que sea procesado conforme a las leyes de sus países. Esta actitud contribuiría a rescatar en algo la confianza en la iglesia y posibilitar que la autoridad moral se deposite, al menos, en tantos y en tantas que demuestren su indignación ante estos hechos que revisten tanta gravedad.

A continuación algunos artículos sobre este asunto.

¿Debe renunciar el Papa?

Por: Juan Carlos Botero

http://www.elespectador.com/columna198520-debe-renunciar-el-papa

LA REACCIÓN DE LA IGLESIA ANTE las denuncias que han salido al aire en el último mes y que incluyen toda clase de abusos a menores de edad en manos de los sacerdotes que los tenían que cuidar, produce náuseas.

La lista de atropellos no tiene fin. Se reportan golpizas, violaciones y hasta tortura. Más de diez mil niños en Europa fueron víctimas de crímenes por parte de curas y monjas, y los medios registran casos de maltrato en Austria, Holanda, Noruega e Irlanda. Hay más de 300 denuncias de abuso sexual contra dos terceras partes de las diócesis de Alemania. En Brasil, dos sacerdotes filmaron un video sexual con un niño. En Estados Unidos, entre 1950 y 1974, el pastor Lawrence Murphy abusó sexualmente a más de 200 niños sordos. A pesar de varias cartas dirigidas al entonces cardenal, Joseph Ratzinger (hoy Benedicto XVI), escritas por el arzobispo de Milwaukee, Murphy nunca fue expulsado de la Iglesia. En cambio, fue trasladado a otra diócesis de Wisconsin y durante 24 años siguió trabajando en colegios y parroquias, abusando de otros menores, hasta que murió en 1986. Y aún era sacerdote.

Hay más. Se ha denunciado la influencia nefasta de Marcial Maciel, fundador de los Legionarios de Cristo, intrigando en el Vaticano en busca de favores y repartiendo sobres llenos de dinero para pagar misas privadas. A la vez, se destapó el caso de Stephen Kiesle, el cura que ató a dos niños para abusar de ellos, y luego a seis niñas en California. El obispo de Oakland le escribió al Vaticano con urgencia, pidiendo la expulsión del criminal. El cardenal que respondió dilató la decisión durante años “por el bien de la Iglesia”. Ese cardenal también era Joseph Ratzinger, Benedicto XVI.

¿Cuál ha sido la reacción de la Iglesia ante esta avalancha de denuncias? En vez de pedir disculpas públicas y reparar a las víctimas con coraje y compasión, la Iglesia dice que está siendo perseguida, enlodada en una campaña de chismes y desprestigio. Pero presentarse como una víctima ante miles de víctimas de sus curas, es un insulto. Y constituye otro atropello. La Iglesia condena el aborto porque dice que toda vida es sagrada. Pero las vidas de los niños traumatizados para siempre, por culpa de los pastores que los tenían que proteger, ¿no son también sagradas?

Estos escándalos tienen dos culpables: los curas que abusaron de niños indefensos y en ocasiones discapacitados, y sus jerarcas que taparon, callaron y toleraron esos crímenes, como ya se sabe que lo hizo, a sabiendas o no, Joseph Ratzinger. Y ahora, como gran cosa, el Papa accede a reunirse con algunas de las víctimas. Esa medida es tardía e insuficiente. A la Iglesia le importa más defender la institución que reivindicar a las víctimas de sus curas pederastas. No es justo. Toda institución, incluso las divinas, está regida por personas falibles. Por lo tanto éstas deben rendir cuentas por sus actos. Y no hay duda: como cardenal el Papa encubrió, por acción u omisión, delitos de sus subalternos. Por ello, el Papa debería renunciar a su cargo. Y si no lo hace, que al menos destape la olla podrida de su Iglesia. O lo hace él, o lo seguirán haciendo los medios y las víctimas. Entonces la crisis será mayor. Y la náusea que produce ese manejo será aún más grande.

Juez de la ONU afirma que el papa debería ser procesado por la Corte Penal Internacional

REV. ROY BOURGEOIS, A LA CONGREGACION PARA LA DOCTRINA DE LA FE, EL VATICANO Cardenal colombiano felicitó a obispo por no haber denunciado a cura por abusos, dice sitio web

TRIBUNA: Cinco años de pontificado de Benedicto XVI HANS KÜNG Carta abierta a los obispos católicos de todo el mundo, Hans Kung