A dos meses de ataque a Caravana Copala

Corrían los días, como de por sí pasa en la Tierra del Sol, las lluvias no
caen y cuando caen se llevan todo, y se va la tierra, y se va la gente.
Erosionada esta la vida, campos sin siembra, la familia con un pie allá y
otro acá. Los pueblos empiezan a lucir solitarios, la migración no sólo es
pa’l norte, sino también a las ciudades, y en nuestro caso, la drogadicción,
secuestros, violaciones, compas limpiando parabrisas, traga-fuegos, ya
parecen pan de todos los días. No supimos ni cómo llegamos a este estado de
cosas, pero acá nacimos, en esta tierra digna.


Esto nos vio nacer y nosotros vimos como iba cambiando la vida, nacimos en
1998 con el nombre de CACTUS. Quienes nos nacieron, nos cuentan mucho sobre
los primeros pasos, pero pocos, muchos, o quizás todos, saben poco de
nosotros.

A pesar de los años, la historia es corta, en nuestros tiempos y en
nuestros modos, decimos que el 2006 terminó por definir nuestro rumbo. Por
muchas razones, nuestro trabajo era como de por sí, silencioso, o más bien
hablábamos sólo lo necesario. Hasta antes de ese 2006, pocos nos conocían, y
aún menos, los medios de comunicación. La Otra Campaña y la Asamblea Popular
de los Pueblos de Oaxaca, pero sobre todo, las organizaciones que nos
abrieron su corazón, nos conocieron, escucharon nuestra palabra y hoy
podemos llamarles compañeras y compañeros.

Compañeras, compañeros de Oaxaca, México y del mundo, hoy queremos decirles
*gracias*. La solidaridad que se ha mostrado ante el cobarde asesinato de
nuestra compañera Alberta (Bety) Cariño Trujillo y de Jyri Antero Jaakkola,
nos dice que las fronteras no existen, que la solidaridad es lo que hermana
a los pueblos, que otro mundo construido desde abajo es posible.

Y prueba de que las fronteras son divisiones ilusorias son las cartas que
nos han llegando de Finlandia, Francia, Grecia, España, Suiza, el País
Vasco, Alemania, Italia, Bélgica, la Europa Toda y de Nuestra América, desde
Colombia, Ecuador, Perú, Argentina, Brasil, Guatemala, Honduras, Estados
Unidos y Canadá, entre muchos otros rincones dignos del mundo. Al abrir cada
una, sentimos que abríamos un camino hacia la justicia, que desde cada
rincón del mundo nuestra lucha es su lucha.

La muerte nos duele hoy más que nunca, pero el dolor, es nuestra más digna
rabia contra la injusticia. Aquí estamos y No olvidamos, desde el 2006 han
buscado callarnos, nosotros no olvidamos a los más de 20 compañeros mixtecos
que reprimieron en noviembre del 2006, enviándolos al penal de Nayarit;
tampoco las tantas veces que han allanado nuestras oficinas o las amenazas
contra nuestra compañera Bety, diciéndole que le iban a cortar la lengua; o
la noche de diciembre en que mataron a nuestro compañero Plácido Abraham
López Castro en la comunidad de San Pedro Yosotatu; o el abril del 2008,
cuando Tere y Feli fueron asesinadas… cada día el dolor fue creciendo y las
injusticias se acumulan.

Pero la lucha de los pueblos por su autonomía y autodeterminación se
fortificó hace 16 años. Desde el 2001, cuando la clase política desconoció
los acuerdos de San Andrés y traicionó a los pueblos indígenas, diversas
expresiones de autonomía han ido naciendo y la palabra de los pueblos se va
abriendo camino, por la construcción de un mundo digno y justo.

Desde su nacimiento, CACTUS ha realizado su trabajo en la región mixteca,
para lograr construir junto con los pueblos indígenas de la región
condiciones de vida dignas y justas. Esto ha motivado a la organización a
emprender iniciativas de tipo comunitario, a petición misma de las
comunidades. Es el caso del municipio Autónomo de San Juan Copala, que como
todos saben, nació en el año 2007. Los compañeros nos solicitaron apoyar la
capacitación para la construcción de una radio comunitaria, que después se
conocería como la “Voz que rompe el silencio”. Unos meses después, el
asesinato de las compañeras locutoras Tere y Feli, nos acercó más, ya que
ante este crimen no podíamos quedarnos callados. Es por ello que, desde
entonces, exigimos justicia.

Por los comunicados que emitía el municipio autónomo, nos fuimos enterando
de la situación grave que estaban enfrentando. Desde noviembre del 2009, se
empezaban a denunciar asesinatos. Este grave contexto, nos hizo participar,
junto con otras organizaciones del estado y observadores internacionales, en
la caravana humanitaria del 27 de abril, en la que fue brutalmente asesinada
nuestra compañera Bety Cariño.

Este terrible hecho no puede quedar impune, a dos meses de ese terrible
crimen, seguiremos exigiendo justicia, y se castigue a los responsables
materiales e intelectuales, del asesinato de nuestra compañera Bety y de
Jyri.

Hoy, queremos decirle a los compañeros internacionalistas y mexicanos que,
aunque el gobierno busque criminalizar la solidaridad, nosotros decimos que
acá está nuestro corazón y nuestra convicción. Las intimidaciones contra
nosotros no terminan, nos siguen persiguiendo, pero no podrán callar nuestra
palabra. Lucharemos hasta que se castigue a los asesinos de nuestros
compañeros Bety y Jyri, hasta que se haga justicia para los pueblos
indígenas de este país llamado México, y hasta que se respete la Autonomía y
la Autodeterminación del Municipio Autónomo de San Juan Copala y de todos
Pueblos Indígenas en resistencia.

Corren los días, como de por sí en la Tierra del Sol, pero ahora en nuestro
CACTUS florece una Pitaya Roja.

¡Bety Vive!

*“Sembrando Sueños, Cosechando Esperanzas”*