43 Campesinos torturados y desaparecidos

El 14 de enero de 1990, en horas de la noche, dos camiones que transportaban aproximadamente 60 “civiles” armados y uniformados de la estrategia militar encubierta, ingresaron al corregimiento de Pueblo Bello, Municipio de Turbo (Antioquia), sacando por la fuerza de varias viviendas y una iglesia evangélica a los habitantes del pueblo


Los paramilitares retuvieron a un número de personas y las forzaron a acostarse boca abajo en la plaza principal, tras lo cual seleccionaron a 43 campesinos, entre ellos a varios menores de edad, a quienes amordazaron y se los llevaron, sin que se los haya vuelto a ver con vida. Antes de retirarse en dirección a San Pedro de Urabá, los paramilitares incendiaron tres viviendas y dijeron a los habitantes de Pueblo Bello: “esto es para que respeten a ‘Los Tangueros’”, refiriéndose al nombre con el cual se conocía al grupo paramilitar, liderado por Fidel Castaño, proveniente de la finca “Las Tangas”, situada a orillas del Río Sinú en el Departamento de Córdoba.

José del Carmen Álvarez Blanco,
Fermín Agresor Moreno,
Víctor Manuel Argel Hernández,
Genor Arrieta Lara,
Cristóbal Manuel Arroyo Blanco,
Diomédes Barrera Orozco,
Urías Barrera Orozco,
José- Encarnación Barrera Orozco (menor),
Ricardo Manuel Bohórquez Pastrana,
Jorge Fermín Calle Hernández,
Jorge Arturo Castro Galindo,
Ovidio Carmona Suárez,
Genaro Benito Calderón Ramos,
Juan Miguel Cruz Ruiz,
Ariel Euclides Díaz Delgado,
Camilo Antonio Durango Moreno,
Juan Luis Escobar Duarte,
José Leonel Escobar Duarte,
César Augusto Espinoza Pulgarín,
Wilson Flórez Fuentes,
Andrés Manuel Flórez Altamira,
Santiago Manuel Gonzáles López,
Carmelo Guerra Pestana,
Miguel Ángel Gutiérrez Arrieta,
Lucio Miguel Hurzula Sotelo,
Ángel Benito Jiménez Julio,
Manuel Ángel López Cuadrado,
Jorge Martínez Pacheco,
Mario Melo,
Carlos Melo,
Juan Mesa Serrano,
Pedro Antonio Mercado Montes,
Manuel de Jesús Montes Martínez (menor),
Luis Carlos Pérez Ricardo,
Miguel Pérez,
Raúl Antonio Pérez Martínez,
Benito José Pérez Pedroza,
Euclides Ricardo Pérez,
Andrés Manuel Pedroza Jiménez,
José Manuel Petro Hernández,
Luis Miguel Salgado Barrios,
Célimo Urrutia Hurtado,
Eduardo Zapata

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Los vehículos paramilitares pasaron por dos retenes custodiados por los Batallones Vélez y Cóndor, de la Brigada XVII, sin ser detenidos o cuestionados. Los 43 campesinos retenidos fueron llevados a la finca “Santa Mónica” en el Departamento de Córdoba, donde los esperaba el entonces líder paramilitar Fidel Castaño. Señalan que allí fueron interrogados y brutalmente torturados: “las venas de sus cuerpos punzadas, sus ojos perforados, sus oídos serrados, sus órganos genitales mutilados. Finalmente fueron ejecutados uno a uno”.
Antes de la acción de tipo militar encubierto, el Ejército había señalado a los campesinos de Pueblo Nuevo como simpatizantes de la guerrilla diciendo que: “el silencio de estos campesinos ante el robo de ganado de Fidel Castaño es un indicio de su afiliación a la guerrilla… esta gente o es de la guerrilla o simpatiza con ella”. Y posterior a la desaparición forzada de los 43 campesinos, varios pobladores se dirigieron a las bases militares de la zona, entre ellas la de San Pedro de Urabá, donde permanentemente había un retén del Ejército, por donde pasaron los camiones con los campesinos desaparecidos, donde solicitaron información sobre el paradero de sus familiares y conocidos, siendo amenazados diciéndoles que si seguían preguntando podían correr igual suerte.

En abril de 1990 se exhumaron 24 cuerpos de la finca “Las Tangas”, seis de los cuales (Andrés Manuel Pedroza, Juan Luis Escobar Duarte, Leonel Escobar Duarte, Ovidio Carmona Suárez, Ricardo Bohórquez y Jorge David Martínez) fueron identificados como campesinos de Pueblo Bello. El resto de las víctimas permanecerían desaparecidas.

Memoria y Justicia

Bogotá D.C., 14 de enero de 2005

Comisión Intereclesial de Justicia y Paz