Lo que dijo ‘Macaco’ del general Buitrago

El Espectador revela la declaración del exjefe paramilitar que salpica al oficial detenido.


Once páginas tiene la explosiva declaración del narcoparamilitar Carlos Mario Jiménez, alias Macaco, que volvió a poner en aprietos al detenido general (r) Flavio Buitrago, exjefe de seguridad del expresidente Álvaro Uribe. Su testimonio, tomado el pasado 3 de diciembre en la Corte Federal de Miami, derivó en un nuevo expediente por lavado de activos contra el oficial. El Espectador conoció toda la declaración y las acusaciones del excomandante del Bloque Central Bolívar (BCB), aunque vagas respecto a fechas y detalles, son muy delicadas

Por ejemplo, dijo que entre 1996 y 2005 Buitrago estuvo en la nómina del BCB, que mensualmente se le pagaron $5 millones, que cuando llegó a ser edecán de Uribe le subieron a $15 millones, que entre ellos —los ‘paras’— le decían “la avanzada de Presidencia” y que el encargado de los pagos era Héctor Edilson Duque, alias Monoteto, asesinado en 2008 en Argentina. Además, contó que supuestamente Buitrago les colaboraba en Antioquia con información, seguimientos, retenciones y hasta ‘chuzadas’, sobre todo cuando llegó al Gaula de la Policía, “un apéndice de las autodefensas”, dijo.
Macaco añadió que se enteró de que el general Buitrago también trabajó para la oficina de los narcotraficantes Luis Agustín Caicedo, Julio Lozano y Daniel El Loco Barrera; que los pagos que se le hicieron fueron todos en efectivo; que Jesús Alejandro Sánchez, alias Scubi, y Nicolás Saavedra, alias Osama, podían corroborar esto; que el BCB “tenía una avanzada” y que los datos deslizados aparentemente por Buitrago fueron esenciales para la seguridad de la organización y hasta para mover narcóticos. Por último, declaró el testigo que se reunió en varias ocasiones con el general en las pesebreras en Medellín que eran de alias Danielito y Rogelio y que en esos encuentros siempre estuvieron ellos y Monoteto.
Macaco, sin embargo, no aportó fechas concretas y fue muy elusivo a la hora de precisar detalles de esas reuniones. Consultado por El Espectador, José Gregorio Beltrán, abogado del general, sostuvo que el exjefe paramilitar mintió de cabo a rabo, que entre 1994 y 2010 el oficial Buitrago estuvo adscrito a Bogotá, nunca en Antioquia, y que se nota que detrás de esas acusaciones hay un “libreto” del capo extraditado con el fin de obtener beneficios en Estados Unidos. Según el abogado, alias Scubi y Osama, quienes también declararon contra Buitrago desde Estados Unidos, son primos de Macaco y están siguiendo órdenes. En todo caso, por estos hechos la Fiscalía llamó a Buitrago a indagatoria el próximo 19 de marzo.
Otros enredos
Desde el año pasado Buitrago fue detenido, así como su esposa, por el delito de enriquecimiento ilícito por sus vínculos comerciales con el narcotraficante Marco Antonio Gil, alias El Papero. En carta reciente al presidente Juan Manuel Santos, el general sostuvo que cuando ofició como jefe de seguridad del expresidente Uribe siempre recibió el apoyo incondicional del entonces ministro de Defensa, que le ha explicado “hasta la saciedad” a la Fiscalía que conoció a Marco Gil “como un hombre de bien y reconocido comerciante de Corabastos” y no como un narcotraficante. En ese contexto, no entiende por qué al reputado constructor Pedro Gómez —que sí fue socio de alias el Papero en tres negocios por $210.000 millones— sí le creen cuando asegura que jamás supo de actividades ilegales de Gil, y en cambio, a él no.
Hoy la Fiscalía indaga un incremento patrimonial del general y su esposa por un valor superior a los $600 millones. En la mencionada misiva se lee que Buitrago asegura que a pesar de que su esposa Elba Pulido obtuvo un 2% de participación en un negocio de construcción denominado Las Américas, por el que pagó $33 millones, apenas supo que a Gil lo habían incluido en la lista Clinton en 2007, pidió que le devolviera ese dinero y se salió de la sociedad. El propio Papero reconoció en sus indagatorias que aún le debe ese dinero. Es más, el 21 de marzo de 2013, al ser preguntado por el general Flavio Buitrago, Marco Gil contestó: “él no conocía ni sabía de mis negocios, él se mantenía en su Policía y mis negocios no se los comento a nadie”.
De allí que Buitrago sostenga en la carta enviada al presidente que ante “la debilidad probatoria en mi contra”, la Fiscalía se trasladó a tomarles declaraciones a “delincuentes colombianos” condenados en Estados Unidos que podrían engrosar la lista de los llamados falsos testigos. El abogado de Buitrago le dijo a este diario que no entiende el rasero de la Fiscalía, ya que el pasado 23 de diciembre esta entidad les archivó la investigación a familiares e hijos de Gil y, prácticamente, salvó de responsabilidad al constructor Pedro Gómez al concluir que ninguno de ellos tenía cómo saber que era un mafioso detrás de una fachada como comerciante de papa y de construcción. En contraste, al general sí le cayeron con todo y hoy está preso.
La Fiscalía considera que existen evidencias claras sobre la responsabilidad del general y sus vínculos con un capo de la droga. Uno de los testigos en su contra es Jaime Dib Moor, condenado en Estados Unidos como enlace del Papero y quien aseguró que Gil en el año 2003 le mandó con el oficial US$600.000. Buitrago ha negado dicha operación y se ha quejado porque la Fiscalía no le ha preguntado al propio Papero por estos hechos. “La justicia no se ha tomado el trabajo de verificar esto, lo cual es muy grave”, recalcó el abogado José Gregorio Beltrán. Y anticipó que el próximo primero de abril por primera vez y a petición suya será interrogado Marco Antonio Gil sobre la presunta responsabilidad del general Flavio Buitrago.
Y algo más: la Unidad de Lavado de Activos también citó para el 2 de abril al constructor Pedro Gómez Barrera, quien deberá explicar sus negocios con Gil. Gómez siempre ha sostenido que apenas se enteró de la inclusión de El Papero en la lista Clinton —al igual que la esposa del general—, cortó sus relaciones comerciales con él, a quien siempre consideró un empresario de bien. Un vocero de su firma reiteró esta posición institucional. El abogado Beltrán insistirá en ese testimonio para demostrar que la Fiscalía está aplicando un rasero distinto. Al margen de este caso, la Fiscalía está convencida de que tiene pruebas y lo dicho por Macaco enreda aún más la situación del exjefe de seguridad de Uribe, recluido en el Centro de Estudios Superiores de la Policía.

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