Reinventemos la Justicia

“¡Ay¡ los que decretan decretos inicuos, y los escribientes que escriben vejaciones, excluyendo del juicio a los débiles, atropellando el derecho de los míseros de mi pueblo, haciendo de las viudas su botín, y despojando a los huérfanos. ¿Pues que van hacer el día que se les pida cuentas y día de la devastación que de lo antiguo se les prepara? ¿A quien van a acudir para pedir socorro? ¿Dónde dejarán su maldad? (Isaías 10, 1-4)


Hace cerca de 5 años, en la Revista Justicia y Paz, en ese entonces la llamada Comisión Intercongregacional, se publicó un artículo titulado: “Lo que en Colombia se llama Justicia”.

Allí se consignó el recorrido de 10 años por pasillos de instancias penales y disciplinarias, buscando acceder a la Justicia. Decenas de casos allí fueron presentados, se aportaron pruebas, se realizaron todas las acciones posibles, y ninguna actuación judicial prospero, todo quedó en absoluta impunidad y en algunos casos, asumir la expresión de la verdad significó para muchos la justicia.

En el artículo se mostraban los mecanismos que aseguran la impunidad en los crímenes y en las violaciones a los derechos humanos. Casos como el Carmen y San Vicente de Chucurí, El Meta, Cacarica, San José, Riofrío, Trujillo, Medio Atrato; los asesinatos de religiosas y de religiosos… Casos como los del General Rito Alejo del Río, Harold Bedoya, Bonett Locarno, Carreño Sandoval, Camargo, Pataquivas oficiales como Coronel Ureña, y otros tantos, que no acabaríamos de escribir .

Se mostraba con gran lucidez la perversión en los mecanismos de actuaciòn de la justicia, su inacción, su silencio cómplice, su ausencia de imparcialidad, su uso para culpabilizar a las víctimas, la perdida de expedientes, la dilación para que el tiempo cese la investigación. En fin, más de 10 mecanismos de impunidad en el aparato de justicia.

Aunque se valoró muchísimo la actuación de la Unidad de Derechos Humanos, durante el período del penalista, ALFONSO GOMEZ MENDEZ, evidentemente ningún avance sustancial se logró.

Hoy en el marco de una consolidación de la estrategia de seguridad, la autonomía de la Fiscalía ha sido profundamente cuestionada, las apreciaciones del Fiscal General, LUIS CAMILO OSORIO, quién expresó frente a la situación del país “esto se arregla a bala”, quién ha avalado la reforma a la Justicia, concediendo facultades de Policía Judicial a
los militares parece dar tranquilidad a sus funcionarios que actúan en muchas ocasiones sin distinguir la misión entre el justiciero y el guerrero, o subordinados a ordenes militares. Casos se repiten: Arauca, Comuna 13 de Medellín, Cacarica.

Por eso no es de extrañar, lo que hoy sucede con el Fiscal de la Unidad de Vida de Medellín, RUBEN DARIO MUÑOZ quién en San José de Costa Rica, participó como “relator” de una propuesta jurídica de calificación de los delitos, que los exonere de determinadas tipificaciones y de su relación con el narcotráfico vinculado a un acto conexo con el delito político contraguerrillero, todo con el noble propósito de la paz. A nombre del Bloque Metro, coordinados por el abogado GUSTAVO SALAZAR PINEDA, un grupo de abogados elaboró una propuesta de ley que será presentado el próximo 20 de julio, por algunos parlamentarios, no hay que olvidar, lo que los paramilitares expresaron el año pasado con el nuevo Congreso, “más del 35% de los congresistas los elegimos nosotros”.

En la mañana de hoy, en declaraciones a la radio Caracol, el abogado RUBEN MUÑOZ, expresó que hay pruebas para demostrar quién pagó los tiquetes aéreos, que el Fiscal solamente hizo las veces de Secretaria pues el no sabe manejar un computador, que él ha tratado que RUBEN DARIO renuncie para que exprese sus conceptos jurídicos en relación con la Corte Penal Internacional y el caso.

El Fiscal no hizo nada, solo escribir en un computador, hablar de fútbol y descansar con gastos pagos.

El caso es sintomático de como opera ahora la justicia, más “libremente”, más abiertamente, por eso no causa extrañeza, aunque por el talante de las cosas, la investigación exhaustiva llevará a una posible destitución, pero de fondo nada va a suceder, y seguirá sucediendo como en los casos arriba mencionados, que no venderán en muchos medios… porque existe un producto consensuado, ya es normal que la justicia sea fuerza, que la independencia judicial sea dependencia militar, perdón “Seguridad Democrática”, que los medios masivos oficialicen la realidad

Por eso, no es posible seguir afirmando la necesidad de fortalecer el sistema judicial, lo que se requiere es un tratamiento de fondo, es una quimioterapia o un nacer de nuevo, a la justicia hay que inventarsela de nuevo, desde los principios de un Estado de Derecho.

A la mesa de Donantes hay que proponerles la posibilidad de construir instancias judiciales ad hoc con miembros de la Fiscalía General Nacional para dar seguimiento a casos tipo de violaciones de Derechos Humanos e infracciones al Derecho Humanitario.

Entre tanto, se debería crear una Comisión Diagnóstica con participación del Estado, la ONG DH y la comunidad internacional para avaluar, y proponer un nuevo aparato de justicia. Al tiempo siendo parte de este grupo de trabajo pero como exclusivos redactores, un grupo de expertos internacionales reconocidos moralmente, para que en el término de seis meses, presenten una propuesta al poder legislativo .

Han sido decenas las propuestas frente a la Impunidad desde 1.998 con los Tribunales de los Pueblos, hay insumos construidos desde la ONG y otros con participación del gobierno, por qué no partir de ahí?

Para qué tantos recursos invertidos y perdidos en fortalecer la institucionalidad de la justicia, cuando ella está erosionada, cuando la impunidad y sus nuevos mecanismos se logran asegurar gracias a los victimarios y al mismo aparato de justicia?

Ya viene el 20 de julio, el Gobierno va con todas las propuestas de ley que no se encuentran en el Referendo, entre ellas el maquillaje a la Justicia, es acaso ese el camino, cuando desde allí se está construyendo la dependencia real del poder ejecutivo y el judicial?

Quién puede seguir creyendo en la justicia?

No es un caso, no es este el específico, aquí un reflejo de lo que ha hecho metástasis

COMISION INTERECLESIAL DE JUSTICIA Y PAZ