Regreso de Juana Bautista a su territorio entre cantos y con pocos avances hacia la verdad

La familia de Juana Bautista y el Pueblo Afronayero conmemoró, entre 25 y 27 de mayo, el crimen de Juana Bautista Angulo Hinestroza y el Desplazamiento forzado del 2001, luego de la incursión paramilitar del Bloque Calima…


acompañados por familiares de víctimas del Bajo Calima, por familiares de la masacre continuada de Trujillo, quienes desde la memoria siguen dignificando la vida de sus familiares asesinados y desaparecidos, resisten a la impunidad y exigen avances reales de Verdad, Justicia y Reparación Integral, igualmente acompaño la Comisión Intereclesial de Justicia y Paz.

“Llevamos 11 años de exigencia de Verdad, Justicia y Reparación integral por estos hechos y ahora, luego de la exhumación de los restos de Juana, adelantada por la Fiscalía en abril de 2010, el único avance de la justicia es devolvernos los restos de Juana Bautista, confirmando su identidad, cosa que siempre hemos tenido claro, pero sin encontrar evidencia alguna en la causa de su muerte, de la violación carnal y tortura de la que sabemos fue víctima”, dice la comunidad.

La conmemoración de los 11 años tuvo como acto central la inhumación o sepultura definitiva de los restos de Juana en el cementerio de La Concepción, en el territorio nayero. Desde que sus restos retornaron al territorio el día 25 de abril, los alabaos, cantos propios del pacífico para acompañar los difuntos estuvieron presentes hasta su sepultura el día 26.

En una noche de acompañamiento y de ritual propio del pueblo afronayero, de nuevo la memoria sobre la vida de Juana, su liderazgo familiar, su situación de salud, las circunstancias de su muerte se hicieron presente y se relacionaron con la historia del pueblo, con sus 332 años de vida en el territorio marcada por la esclavitud y las luchas, la libertad y con los dolorosos hechos de abril del 2001 y se reafirmó una vez más, en medio del dolor y de la muerte, las luchas y trabajos por arraigar la vida en el territorio.

Lo propio ancestral, se mezclo con los rituales de la tradición católica, muy arraigada en los afronayeros quienes recordaron lo sucedido el viernes santo con Jesús de Nazaret y juntaron al calvario, los hechos del viernes santo 13 de abril del 2001 con la incursión paramilitar. Al igual que Jesús, también Juana fue ultrajada y asesinada, también el pueblo afronayero fue crucificado.

El sábado 26 caminamos con Juana por su comunidad, por la orilla del río Naya, por los mismos lugares que ella anduvo durante sus años de vida y luego llegamos hasta su casa, donde habito con sus hermanas y hermanos, donde compartió con sus sobrinas y donde en la soledad del desplazamiento fue velada en abril del 2001, solo que ahora fue en presencia de sus hermanas, de su comunidad, tal como el pueblo afro despide a sus seres queridos. La espera de 11 años para realizar este ritual propio de duelo y sepultura deja daños irreparables en la familia y la comunidad.

Con este ritual de conmemoración que termino en el cementerio, la familia de Juana y la comunidad nayera cerró el ciclo de duelo por su muerte, dignificó su vida y su memoria y afirmó con firmeza la exigencia de verdad, justicia y reparación integral.

Ahora Juana Bautista Angulo Hinestroza volvió a su tierra, camina con su pueblo, ahora es presencia espiritual, al lado de los ancestros, es presencia viva dentro de la comunidad, ahora acompaña a su pueblo afronayero en la reafirmación de su espíritu de lucha por la vida, por el territorio y contra la impunidad.