¿Nobel de paz para Uribe? ¡Qué ridiculez!

La tesis de un artículo de opinión sin firma que publicó The Wall Street Journal, según la cual “el hombre que merece el premio (Nobel de Paz) es Uribe cuya campaña contra las Farc facilitó la vida de millones de colombianos”, es reflejo de la desfiguración o, en el mejor de los casos, segmentación de la realidad nacional que el expresidente y su grupo de vendedores políticos han difundido, exitosamente, entre ciertos sectores del país y del exterior.

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En el país apelan a la ignorancia, el miedo, el odio o al sentimiento malsano del ojo por ojo tal como lo reveló, sin pizca de exageración, el exgerente de la campaña por el No al acuerdo de paz, Juan Carlos Vélez, aunque ahora se retracte, intimidado por su exjefe; en el exterior, acuden a los ultraderechistas que todavía viven en la época oscura del macartismo de la persecución “anticomunista”, el disfraz que usaron para ilegalizar lo que oliera a progreso y encarcelar a quien se les opusiera.

Aquí solemos dejarnos descrestar por los artículos de la prensa extranjera que nos mencionan. Los reproducimos con admiración y no contamos el contexto que tanta falta hace. The Wall Street Journal es uno de los medios más tradicionales y prestigiosos de Norteamérica. Sin embargo, cambió de propietarios en 2007 y no pocas veces, desde entonces, ha estado envuelto en denuncias éticas y en despidos de periodistas galardonados. En la sección a la que corresponde la estupidez convertida en editorial, de que Álvaro Uribe podría ser el ganador del Nobel de Paz en lugar de Santos, trabaja su aliada incondicional, a la que bien podría atribuírsele el escrito: Mary Anastasia O’Grady. Esta columnista habitual del diario neoyorquino e influyente miembro de su consejo de dirección, tiene una antigua relación de amistad con el expresidente. Y sus “análisis” sobre Colombia parecen fiel copia de lo que divulgan Acore, Plinio Apuleyo Mendoza, José Obdulio Gaviria, Claudia Gurisatti o Hassan Nassar. Si lo escribe O’Grady haga de cuenta que lo suscriben estos. Ustedes podrán comprender que lo que se “informa” acá, se estira allá hasta concluir en la comparación absurda de que la gestión guerrerista de Uribe es el símbolo de la reconciliación mundial. ¡Como Mandela!

Aparte de lo estrambótico que resultó su último panegírico al senador, no existe nada original en los comentarios de O’Grady: misma cantaleta de apelativos efectistas en que desaparecen las culpas del combo amigo a tiempo que exagera las responsabilidades ajenas. O mejor: las distorsiona: “facilitar la vida de millones de colombianos” sin mencionar las decenas de falsos positivos o ejecuciones a mansalva de campesinos, pobres o discapacitados mentales que hubo durante los gobiernos del “Nobel” Uribe, no es real. ¿Las madres de Soacha y sus hijos muertos serán ficticios? O´Grady es capaz de afirmar que sí.

El consejo editorial de The Wall Street Journal invitó al exmandatario a escribir y le abrió espacio a sus opiniones hace años. Y ella, por coincidencia, pontifica sobre la política colombiana y las negociaciones en La Habana.

En mayo pasado aseguró que Santos quería para sí el poder autoritario de Hugo Chávez y por eso iba a “destruir el pluralismo político”; que había gastado “miles de millones de pesos” o “millones de dólares” en la campaña del plebiscito (ver enlaces al final). Hace menos de un mes, antes de que ganara el No, recalcó que el presidente iba a “hacer trampa” y que el acuerdo de paz colombiano era parte de la agenda de Obama “con los enemigos de la libertad” que —según ella— constituían en América Latina una tripleta: los Castro, Chávez-Maduro y Santos. ¿Les recuerda la campaña del No? Dijo también que “Colombia estaba unida, en 2009, celebrando la casi derrota (de las Farc) en el campo de batalla…”(ver enlaces al final). Si fuera cierto, ¿por qué Uribe no los pudo encarcelar? ¿Haría parte de la conjura de Obama?

Enlaces:
Uribe escribe en The Wall Street Journal: El narco-terrorismo está siendo recompensado en Colombia

Opinión: La toma de poder de Santos en nombre de la paz

Opinión: Santos les hace trampa a los colombianos

Fuente: http://www.elespectador.com/opinion/nobel-de-paz-uribe-ridiculez