Las Farc insisten en ser protagonistas de la política

En la mesa de negociación entre el Gobierno y las Farc, todo lo relacionado con el grupo guerrillero en cuanto a comunicaciones y logística debe pasar antes por las manos de Jesús Emilio Carvajalino, alias “Andrés París”.

Este guerrillero vivió en Venezuela entre 1993 y 1999 bajo el nombre de “Ariel”, mientras hacía parte del Comité Internacional, Cominter. En 1999 integró la mesa de diálogos con esta guerrilla en San Vicente del Caguán.

En entrevista exclusiva con El Colombiano habló de la posible participación política de las Farc, del reconocimiento de las víctimas, y las acciones violentas mientras se negocia el fin del conflicto. Dice que espera poder hacer política sin ningún peligro.

¿Qué ha sido lo más difícil en la negociación?
“El punto más álgido, por su trascendencia, fue el de la participación política, porque ahí es donde está la clave en estos momentos para que podamos encontrar el fin del conflicto. Es en la actitud restriccionista del Gobierno, de restringir la posibilidad de cambios institucionales, donde encontramos las dificultades más grandes para acelerar el proceso y llegar al fin del conflicto”.

Ante la firma parcial del acuerdo en participación política, ¿las Farc han pensado en hacer proselitismo? ¿Hay miedo por un exterminio como el de la UP?
“Los miedos tenemos que sustituirlos por una plena claridad política del alcance de lo que acordemos, y es en la claridad y profundidad de lo que alcancemos con el Gobierno donde está la garantía de que no se repita lo que pasó con la Unión Patriótica. Hoy en día podemos decir que no están convenidas las garantías para que las Farc salgan a hacer política porque nos falta un punto muy importante por discutir y es el del paramilitarismo”.

¿Discutir el paramilitarismo? Aclare por favor…
“La amenaza más grande a nuestra participación política es el recurrente uso de la violencia extralegal que hace el Estado a lo largo de toda la historia en el enfrentamiento contra nosotros. Si hay una voluntad de suspender el uso de la violencia del Estado, a través de agentes encubiertos llamados paramilitares, seguro que nuestra participación política está garantizada”.

¿”Andrés París” se ve en campañas políticas por un puesto de elección popular?
“No tenemos una imagen burocrática de nuestro futuro político. Varios de los integrantes de la delegación que estamos aquí, perfectamente podemos integrar cualquier propuesta que nos asigne la organización una vez desarrollados acuerdos profundos que nos permitan ir a la plaza pública.

En nosotros hay un orador, un político. Detrás de cada uno de nosotros hay una demanda de Estado, una conducta de alta política”.

¿Pero están preparados para la política?
“Estamos preparados para la alta política, pero también estamos convencidos de que si nos corresponde y nos toca seguir en la insurgencia lo haríamos con la misma calma, con tranquilidad”.

Después de todas las afectaciones a la población civil por el conflicto armado, ¿creen las Farc que tendrán apoyo en las regiones para hacer política?
“De eso se trata, de que las garantías de participación política nos permitan participar en ese proceso en igualdad de condiciones; claro que esa igualdad nunca va a existir. Los más poderosos van a tener siempre más recursos económicos pero estamos es diciendo las garantías de que no nos eliminen por participar en política”.

Hablemos del encuentro con las víctimas. ¿Qué mensaje le deja a las Farc la llegada a la mesa de los afectados por las hostilidades?
“En este punto de víctimas se observa un afán negacionista de parte de la prensa oficial y de la postura oficial, respecto al origen e historia real del conflicto armado, el cual lleva más de 60 años.

Sin embargo, el encuentro con las víctimas del conflicto les envió un mensaje muy fuerte a las partes que nos encontramos sentadas en la mesa, y es que por encima del dolor de unos y otros, las víctimas se mostraron conmovidas en su dolor, pero favoreciendo ante todo un acuerdo de paz”.

¿Cuál es la posición de ambas delegaciones negociadoras con la presencia de las víctimas en la mesa?
“Las partes debemos entender que debemos dejar esa estrategia de derrotar al otro en la mesa para abrir nuestros corazones, como lo han hecho las víctimas, a un acuerdo que permita la reconciliación nacional. Eso se traduce en fórmulas y acuerdos políticos. Por eso el paso de las víctimas por La Habana es un poderoso mensaje para todo Colombia, para que se reconcilie.

Si ellos, los afectados por el conflicto, logran reconciliarse en la propuesta de fortalecer la paz, ¿por qué no lo van a hacer las partes que están sentados en La Habana?”.

¿Hubo algún tipo de sentimientos en el encuentro entre las Farc y sus víctimas?
“Es obvio. Ahí no estaban rocas sentadas escuchándose, sino seres humanos de todos los lados que estábamos sentados en la mesa. El impacto se veía en el rostro de los garantes, del Gobierno, de la guerrilla, de los integrantes de la Comisión de Víctimas. Por encima de la emocionalidad, salió a flote la claridad política de qué es la paz como sentimiento principal, que hay que abrirle y cimentarlo por encima de odios y rencores. Eso es lo necesario para avanzar y nosotros estamos dispuestos a recogerlo para hacerlo”.

Pero varios de los que estabán en la mesa fueron afectados por las acciones de las Farc…
“Finalmente, nuestros adversarios no están en el pueblo raso que estaba sentado ahí. Ahí no había ningún representante de la oligarquía colombiana, no había representantes del generalato ni de los Estados Unidos que son los principales detonantes de la guerra en Colombia.

Era pueblo y es pueblo que está afectado por un proceso de confrontación armada, y son los pueblos los que finalmente se enfrentan por políticas que surgen en la cúspide de las altas clases oligárquicas y estatales. En esa reunión entre las víctimas y las Farc, éramos el pueblo, unidos en un solo dolor y en un solo propósito: la paz”.

En el encuentro con las víctimas, “Iván Márquez” pidió perdón a una de ellas. ¿Esta acción abre el camino para hacer lo mismo con todas las víctimas e iniciar una vía de reconciliación?
“Nosotros, públicamente, hemos expresado nuestra disposición para recoger cualquier figura que muestre nuestra disposición de reconciliación. Hemos convocado a un día de construcción. Estamos diciéndole a la Iglesia, al Gobierno, a todos los actores que ha tenido este largo proceso de violencia, que nos dediquemos un día a orar por la paz y enviemos un mensaje a los colombianos afectados por el conflicto, que estamos dispuestos a hacer un acuerdo y que el mejor tributo y el mejor mensaje sea la terminación del conflicto armado”.

¿Y cuál cree que es la percepción de las víctimas después del encuentro con los negociadores de las Farc?
“Estas víctimas que nos visitaron, ellos mismos lo dijeron en la rueda de prensa dirigiéndose a nosotros: “los hemos visto con actitud de reconciliación”, y afirmaron que el dolor de ellos lo anteponen y subordinan a la tarea necesaria de construir la paz”.

Dicen que en una guerra cada quien carga con sus culpas. ¿Deben cargar cada uno de los actores armados con la culpa de este conflicto armado en el país?
“Esto no es un problema de culpas simplemente. Aquí, reiteramos, hay que ubicar orígenes, causas, efectos y responsables para resolver los problemas estructurales que desembocaron en la pobreza, la desigualdad y el cierre de los espacio de democracia verdadera. No obstante, existen crímenes de lesa humanidad, crímenes de guerra y delitos internacionales que a partir de actos sistemáticos de violaciones a los derechos humanos y a las normas que deben seguirse en las hostilidades, tendrán que ser analizados por alguna instancia diferente a la jurisdicidad de nuestro país. El Estado no puede ser juez y parte en la resolución de los problemas”.

En Colombia, específicamente en Putumayo, las Farc han derramado miles de barriles de crudo. Esto ha generado repudio y rechazo por la contaminación. ¿Cómo responder a estos hechos que afectan campesinos y civiles?
“El conjunto de la explotación petrolera y de los recursos naturales está afectando al país en dimensión mayor al del derramamiento del crudo. Me refiero a destrucción de áreas de explotación, a deterioro ambiental enorme por el desenfreno de la explotación minero-energética y agro-forestal, etc. Aparte, hay una feria de nuestros recursos y entrega de nuestra soberanía que son escandalosas. Nosotros mantenemos los sabotajes económicos para que el gobierno cese el saqueo, pero es obvio que debemos esforzarnos por buscar procedimientos que eviten al máximo daños al entorno y a los intereses de la gente humilde. Aunque lo fundamental es lograr el cese unilateral de fuego y hostilidades mientras le ponemos fin a la confrontación”.

Las Farc recalcan que se está negociando en medio de la confrontación. El Gobierno no hará un cese el fuego. Muchas de sus acciones son cuestionadas y ponen en entredicho el proceso de paz. ¿Qué se debe hacer ante este panorama?
“Todos los actos de guerra se deberían desescalar y las partes deberían generar un mejor ambiente de tranquilidad firmando el cese bilateral de fuego. Esto sería lo coherente con el discurso de paz, pero el Gobierno se niega, seguramente, con la equivocada idea de que la presión militar nos puede llevar al sometimiento.

Esto no será así y lo que podría ocurrir sería que los impactos de la confrontación se agudicen. Creo que ustedes conocen que los bombardeos han provocado desplazamientos y han obligado a la creación de campos de refugiados en varios lugares del país; el municipio de San Calixto en Catatumbo es un ejemplo de esto. Entonces, acciones repudiables surgen y tenemos que mirar como las evitamos”.

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