La entrada de tropas estadounidenses a Costa Rica es una amenaza sobre Latinoamérica.
Los abajo firmantes manifestamos nuestro contundente rechazo a la decisión del gobierno de Laura Chinchilla de permitir entre el 1 de julio y hasta el 31 de diciembre de 2010 el ingreso de 7000 marines y 46 buques de guerra a Costa Rica bajo el argumento de combatir el narcotráfico. Esta decisión es una violación de la soberanía territorial y política del pueblo costarricense y una afrenta a la democracia latinoamericana.
Los partidos Acción Ciudadana (PAC), Frente Amplio (FA) y Unidad Social Cristiana (PUSC) denunciaron que el acuerdo permitirá la llegada de buques con capacidad para transportar 200 helicópteros y aviones de guerra, fragatas, naves tipo catamarán la USS Freedom con capacidad para combatir submarinos y un buque hospital. Este operativo continúa el proceso de militarización de Centroamérica. El tamaño y características del armamento desplegado no puede justificarse con el pretexto de la lucha contra el narcotráfico, y van en contra del espíritu antimilitarista y pacifista que ha caracterizado a Costa Rica desde hace más de 60 años, cuando se tomó la decisión de abolir el ejército. La Comisión Nacional de Enlace del Movimiento Popular aseguró que esta nueva fase, la ocupación militar, es una consecuencia directa derivada de los compromisos adquiridos en el capítulo de seguridad en el marco del TLC, firmado por Oscar Arias.
Los Estados Unidos en su estrategia de dominación se han empeñado en ampliar sus contingentes para Latinoamérica, la instalación de nuevas bases en Colombia, la militarización intensificada en Honduras y Haití, el anuncio de nuevas bases en Panamá y el despliegue de la IV Flota son una amenaza al pueblo latinoamericano y a sus procesos de autodeterminación. Es por esto que manifestamos nuestro respaldo al pueblo costarricense y rechazamos lo que se constituye en una nueva agresión sobre la región.
The entry of U.S. troops into Costa Rica is a threat to Latin America
We would like to express our strong rejection of the decision by Laura Chinchilla’s government to allow the entry of 7000 marines and 46 warships into Costa Rica from July 1 to December 31, 2010 under the pretext of fighting drug trafficking. This decision is a violation of the territorial and political sovereignty of the Costa Rican people and a threat to Latin American democracy.
Three Costa Rican political parties –Acción Ciudadana (PAC), Frente Amplio (FA) and Unidad Social Cristiana (PUSC)– denounced the agreement because it will allow the arrival of warships that are capable of transporting 200 helicopters and war planes, frigates, the Freedom class of Littoral combat ships that are capable of attacking submarines, and a hospital ship. This operation continues the militarization of Central America. The size and nature of the weaponry being deployed cannot be justified under the pretext of the war on drugs, and goes against the nonmilitary and pacifist spirit that has characterized Costa Rica for more than 60 years, since Costa Ricans made the decision to abolish the army. The National Outreach Commission of the Popular Movement (Comisión Nacional de Enlace del Movimiento Popular) emphasized that this new phase, military occupation, is a direct consequence of the commitments made in the chapter on security within the framework of the FTA, signed by Oscar Arias.
The United States in its strategy of domination is determined to expand its military options in Latin America. The installation of seven bases in Colombia, the intensified militarization of Honduras and Haiti, the announcement of new bases in Panama and the deployment of the Fourth Fleet are a threat to the people of Latin American and their processes of self determination. This is why we express our support for the people of Costa Rica and we reject what constitutes another aggression in the region.