Inhumanidad médica: caso del niño Yefry Castro Quinto

El niño Yefry Castro Quinto nació el 09 de diciembre de 2011, en la comunidad de Barranquilla Cacarica Chocó, su condición física era saludable y sus acciones sorprendían a quienes las observaban porque reflejaban una gran capacidad de aprendizaje…


El día 02 de junio de 2012, en horas de la noche presentó problemas de salud consistente en diarrea y vomito, situación que llevó a su madre- Yuli Quinto Pérez- a desplazarse de Barranquilla a Nueva Esperanza, donde existe un puesto de salud y trabaja una auxiliar de salud voluntaria- no recibe remuneración-, quien en el momento estaba fuera de la cuenca.

La madre del niño Jefry, desesperada por la enfermedad de su hijo y por la ausencia de servicio médico para su tratamiento, el día 03 de junio de 2012, decidió bajarse de la Comunidad Nueva Esperanza a Bocas de Peranchito, con la ilusión de encontrar una embarcación que la trajera a Turbo Antioquia. En Bocas de Peranchito estuvo hasta las 2pm, hora que salió la panga (Lancha rápida) del ingeniero Esteban. Pero las condiciones del niño siguieron empeorando y el viaje se complicó por el taponamiento del río Perancho, que dificulta el tránsito de las embarcaciones.
Mientras el conductor de la lancha realizaba distintas maniobras para salir rápido del tapón y poderle salvar la vida al niño, las cosas empeoraron y se produjo el deceso de YEFRY CASTRO. Pese al triste desenlace del niño, la madre tomó la decisión de seguir el viaje hasta Turbo.

Cuando llegaron a Turbo el padre del niño- Víctor Castro Valencia- lo recibe en sus brazos y en una moto taxi lo lleva al hospital Francisco Valderrama, donde lo recibió la doctora Luisa Vallejo, a las 7:35 pm, sin signos vitales, quien después de un chequeo lo envió a la Morgue del hospital.

El día 04 de junio de 2012, el padre del niño y alguno de sus familiares se presentan al hospital para reclamar el cadáver, pero les dicen que para eso deben tener el certificado de defunción que lo debe expedir la doctora que recibió al niño, quien había terminado su turno y estaba en descanso. Ante esta situación el padre se dirige al coordinador de médicos- doctor Benito Valoyes- en busca de soluciones frente al caso, y este le dice que “el sueño de la doctora es más importante que la entrega del cadáver de su hijo” y que después de medio día se le puede colaborar. Pero también, el coordinador médico, le dice al padre que vaya ante el médico legista para que le practique la necropsia y le haga el certificado de defunción, lo cual este último se niega hacer, porque el Hospital no hizo los procedimientos que se deben dar en estos casos (avisar a una entidad competente y esta a la vez notificar a medicina legal).

El coordinador de médicos le manifiesta al padre que el hecho que el niño, no tenga registro civil es un caso de abandono y que lo va a demandar, por lo que se comunica con el comisario de familia y le pide que notifique al médico legista para que le practique la necropsia al cadáver, para establecer las causas de la muerte. Ante la notificación del comisario de familia, el médico legista respondió, que este no tiene la competencia para decirle que haga este tipo de cosas.

Después de medio día el padre del niño acompañado por un amigo, va donde el coordinador de médico y le hace la petición que expida el certificado de defunción para retirar el cadáver y hacerle una ceremonia fúnebre digna al niño, ante lo cual responde que “ahora es que se viene hablar con dignidad y porque no se trató con dignidad cuando estaba vivo”, y manifestó que, ni él, ni sus médicos los podía obligar a realizar el acta de difusión porque ellos recibieron el niño, sin signos vitales y que además, no tiene registro. Seguía insistiendo que medicina legal es quien debía encargarse del asunto. Una vez más el médico legista dice que el hospital no es competente para ordenarles a ellos que practiquen necropsia y que deben seguir los conductos regulares, que el cuerpecito que está en la morgue, no es su responsabilidad, que es responsabilidad del hospital, que lo que puede hacer para que no se siga descomponiendo es meterlo a una cávala, como efectivamente lo hizo.

El caso se le presentó a la defensoría del pueblo- defensora comunitaria del Bajo Atrato, quien se comunicó con el coordinador médico para conocer el caso. También, estuvo en el hospital, la personera municipal de Turbo, pero las cosas siguieron iguales.

El padre y familiares se dirigieron a la fiscalía para poner la denuncia de lo que está pasando. Al finalizar la tarde fueron al hospital dos (2) miembros de la fiscalía-CTI, pero las cosas siguieron igual. De esta forma finalizo otro día de angustia y humillación (de parte del coordinador médico) para la familia de YEFRY.

Donde estamos hoy 05 de junio de 2012 a las 11 a.m
Gracias a la acción conjunta entre Procuraduría, personería Municipal de Turbo y Fiscalía, se definió que en las próximas horas, medicina legal entregará el cuerpo del niño YEFRY a la funeraria que le presta el servicio a la familia.

PUNTOS PARA CONSIDERAR

1. El hecho que el niño YEFRY estuviera sin registrar, no es un caso de abandono departe de sus padres, es debido a las dificultades de movilidad y a la situación económica que enfrentan las familias de Cacarica que impiden que trámites como este no se realicen en los tiempos normales. Toca analizar este asunto dentro el contexto que ocurre.

2. La retención del cadáver por parte del hospital, violentó la dignidad de la familia, de la comunidad cacariqueña y del pueblo afrocolombiano, que tiene rituales particulares y tradicionales para despedir sus muertos.

3. Los insultos y humillaciones propiciadas por el doctor Valoyes coordinador de médicos del hospital son acciones provocadoras de violencia en una situación como esta. Por lo tanto, debe haber seguimeinto a este tipo de conductas.

4. Los procedimientos realizados por el hospital en este caso, deben ser materia de investigación por las autoridades competentes.

DATOS PADRES

Padre: Víctor Castro Valencia. C. C 1.045.492.378 de Turbo Antioquia

Madre: Yuli Quinto Pérez