Familia de líder de restitución hostigada por paramilitares

Un paramilitar de la estructuras de los urabeños conocido por el alias de “Maquenque”, mando en el caserío Rusia La Mina, en Valencia Córdoba, irrumpió en la noche del pasado 28 de enero, al lugar de habitación de cuatro de los hijos de Sigifredo Bravo.

El hombre se ubicó en la cama de una de las hijas de Sigifredo de 12 años de edad, minutos después, el hijo mayor Osneider Bravo, quien regresaba de su trabajo se percató de la situación y sacó por la fuerza al paramilitar.

Días después, una persona de nombre Julio, dueño de una tienda y hospedería en la que habita el conocido como “Maquenque”, abordó a Osneider. El llamado Julio, lo intimidó y le mostró un arma corta por lo que Osneider le increpó preguntándole que significa dicho gesto, sin que obtuviera respuesta alguna.

El llamado “Maquenque” es uno de los amenazantes de Sigifredo y bajo su mando se produjo el asesinato de otro líder de restitución en Valencia G Padilla.

Sigifredo cuenta con Medidas Cautelares de la CIDH.

Desde hace más de 10 meses su situación de riesgo se ha incrementado pero el CERREM calificó la situación como normal.

Por amenazas directas y el asesinato por paramilitares de Valencia, de uno de sus amigos, también líder reclamante, Gildardo Padilla, se vio obligado a desplazarse por cuarta vez por operaciones paramilitares.

Hoy los ataques se han dirigido a un núcleo familiar contra personas vulnerables e indefensas como sus hijos por parte de las misma estructuras ilegales armadas que operan con complicidad de autoridades civiles y la fuerza pública.

A pesar de sus demandas de protección, de su contribución a las investigaciones que adelanta la Fiscalía General, el gobierno no ha brindado ninguna medida que garantice la protección de su vida e integridad, ni asegure su labor al frente de un grupo de reclamación de tierras.

Bogotá, D.C. Febrero 1 de 2014
Comisión Intereclesial de Justicia y Paz