Ernesto Báez, Salvatore Mancuso y Vicente Castaño fueron los artífices de la cumbre en la finca ‘La 15’ con políticos regionales.

Un nuevo artículo, de la revista Cambio muestra el otro paso de lo militar paramilitar a la estrategia política, la toma del poder político y regional, y desde allí la proyección nacional. La configuración del paraestado como modelo autoritario con las formalidades democráticas, la descentralización administrativa de la Constitución de 1.991 con el control social territorial y el control de todos los poderes.

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El Pacto de Ralito “para refundar la Patria” ha sido considerado como el acuerdo que trazó el meridiano de las relaciones de sectores políticos con grupos paramilitares, y sobre él la Corte Suprema de Justicia construyó el proceso de la parapolítica que hasta hoy ha involucrado a 70 congresistas que ganaron sus curules con el apoyo de los fusiles de las Auc.

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Sin embargo, acaban de aparecer evidencias de otros dos acuerdos de mayor alcance que demuestran el maridaje entre política y paramilitarismo. Se trata de dos “cumbres” celebradas en noviembre de 2001 y enero de 2002 en Urabá y el Bajo Cauca antioqueño, regiones con fuerte presencia de las Auc, que revisten características especiales.

La primera reunión, realizada en la finca ‘La 15’ -entre San Pedro de Urabá y Valencia, Córdoba-, fue convocada por Carlos Castaño, dueño de la propiedad, y quien desde entonces y hasta el día en que fue asesinado no volvió a hacerse presente en encuentros similares. Conocedores de la historia de la violencia en la región dicen que se trata de uno de los escenarios en los que fue incubado el monstruo del paramilitarismo, pues durante años esa finca fue centro de las operaciones del clan Castaño. El anfitrión de la segunda reunión fue Carlos Mario Jiménez, ‘Macaco’, quien entonces se perfilaba como el nuevo capo de la región de Caucasia. Se llevó a cabo en una finca de su propiedad en Piamonte, y a ella asistieron los jefes del estado mayor de las Auc, excepto Castaño.

A diferencia de lo ocurrido en Ralito, los que estuvieron presentes en las dos “cumbres” no se limitaron a firmar un documento, sino que expusieron una plataforma política general que más adelante sería respaldada por un convenio político-militar. Con base en documentos y testimonios, CAMBIO reconstruyó las dos reuniones, desconocidas hasta ahora, y a las cuales asistieron, entre otros, el ex congresista santandereano Luis Alberto Gil -jefe de Convergencia Ciudadana- y el ex gobernador del Cauca Juan José Chaux Mosquera, el mismo que estuvo presente en reuniones en la ‘Casa de Nari’ con emisarios de ‘don Berna’ y funcionarios de Palacio.

Fuera de base

Mientras estuvo preso en la cárcel de Itagüí, del 6 de diciembre de 2006 al 13 de mayo de 2008, Salvatore Mancuso evitó en forma deliberada mencionar a las autoridades las reuniones en ‘La 15’ y en Piamonte. Según allegados suyos, el ex jefe paramilitar temía entrar en conflicto con viejos aliados, entre ellos ‘Macaco’, quien le daba al tema el carácter de ultrasecreto para proteger a los políticos a quienes había apoyado o que estaban bajo su tutela.

En su computador personal, en el que día a día organizaba las versiones que daría ante los fiscales de Justicia y Paz, nunca hizo anotaciones sobre esas “cumbres”, pero no logró sacarle el cuerpo al asunto durante prolongadas reuniones privadas con gente de su confianza, y no se sabe muy bien por qué -una fuga de información o la destreza de un investigador judicial-, el 22 de agosto de 2007 un magistrado auxiliar de la Corte Suprema le preguntó expresamente por las reuniones de miembros de las Auc con jefes políticos, distintas a la famosa donde firmaron el Pacto de Ralito.

Sorprendido por la pregunta, un Mancuso fuera de base respondió nervioso: “A Reginaldo Montes y a Salomón Náder una vez me los encontré en una reunión en Caucasia. Eso fue en el año… no recuerdo si 2001 o 2002. Estuvieron otros comandantes como ‘don Berna’, ‘Macaco’, también estuvo Vicente Castaño, estuve yo y habían (sic) unos comandantes de la zona de Caucasia. Básicamente eso”.

Concluída la diligencia, Mancuso volvió a refugiarse y a guardar silencio sobre el tema. Sin embargo, CAMBIO conoció que al encuentro de Caucasia, además de Montes y de Náder (q.e.p.d.), asistieron aspirantes a corporaciones públicas de otras regiones, entre ellos Carlos Clavijo, Rocío Arias y el coronel (r) Hugo Aguilar. “Los invitados llegaron en caravanas de vehículos con vidrios polarizados y fuertemente escoltados, y Mancuso llegó en helicóptero -recuerda uno de los amigos del jefe paramilitar que sabe de la reunión-. Estaba vestido elegantemente con ropa de civil”.

El objetivo de la reunión, según la fuente, era presentar en sociedad a los que serían la punta de lanza de la penetración paramilitar en círculos políticos de Caldas, Santander, la Costa Caribe y Antioquia. Ninguno ocultaba su apetito de poder y según una fuente, Clavijo llegó a pasar cuenta de cobro por sus éxitos como organizador del paro cívico en el sur de Bolívar, que durante el gobierno de Andrés Pastrana frustró el despeje para los diálogos de paz con el Eln.

Aguilar, entonces diputado de la Asamblea de Santander, mantenía intacta su fama de haber sido el policía que dio de baja a Pablo Escobar, y aunque aseguraba tener el respaldo de un amplio caudal de simpatizantes, también buscaba el apoyo de las Auc para coronar su viejo sueño de convertirse en gobernador de Santander. En reuniones anteriores, había sido presentado como el ahijado político de Luis Alberto Gil, también señalado de tener nexos con los paramilitares, y quien en las elecciones de 2006 consolidó las mayorías de su movimiento Convergencia Ciudadana.

Meses antes de los comicios, el 17 de mayo de 2007, en una versión libre en la Fiscalía, Mancuso habló sobre la misma reunión pero el fiscal que atendía la diligencia no le preguntó detalles sobre ese y otros encuentros.

Personas cercanas al jefe paramilitar se preguntan por qué la Fiscalía y la Corte nunca profundizaron en esos hechos.

De nuevo Chaux

Si bien la reunión de Piamonte fue importante y solo salió tímidamente a flote en la declaración de Mancuso en agosto de 2007, lo realmente clave en materia de alianzas con políticos se dio en noviembre de 2001 en la finca ‘La 15’. Durante tres días, los jefes paramilitares Carlos Castaño, ‘Jorge 40’, ‘Ernesto Báez’, ‘Macaco’, Éver Veloza o ‘H.H.’, Mancuso y ‘don Berna’ se reunieron con el propósito de atender audiencias con alcaldes y concejales de Urabá y el sur de Bolívar, y con candidatos al Congreso y a gobernaciones, como parte de una estrategia para llevar a amigos de las Auc a corporaciones públicas.

Por la época y las circunstancias en que se llevó a cabo, la cumbre de ‘La 15’ fue considerada como la madre de las alianzas entre políticos y paramilitares, y según conocedores y asistentes a la reunión en ella se hizo presente Juan José Chaux Mosquera, quien ocupaba una curul en el Senado.

No es la primera vez que a Chaux lo relacionan con paramilitares. Fue uno de los que estuvo en la controvertida reunión de funcionarios de la Casa de Nariño con el abogado de ‘don Berna’, Diego Álvarez, y con Antonio López Jiménez, ‘Job’, un ex jefe del bloque Cacique Nutibara. Y en diciembre del año pasado, cuando el Gobierno lo designó como nuevo embajador en Holanda, salió a la luz pública que un mes antes el ex jefe paramilitar Éver Veloza, ‘H.H.’, había declarado ante fiscales de Justicia y Paz que Chaux había participado en una “cumbre paramilitar” en 2003, y que su elección como Gobernador se había logrado con el apoyo armado del bloque Calima de las Auc, bajo su mando.

‘H.H.’, quien entre el 6 y el 8 de noviembre de 2007 confesó 1.600 asesinatos, implicó a varios políticos del Cauca con los grupos que él comandaba, entre ellos a Chaux, y dijo que a la reunión asistieron los jefes paramilitares Salvatore Mancuso, Vicente Castaño, Freddy Rendón Herrera, ‘el Alemán’, y ‘don Berna’. El ex gobernador aceptó haber asistido a la cumbre mencionada por Veloza y la justificó con el argumento de que estaba intercediendo por un pariente que había sido secuestrado por las Auc. “Yo fui a Tierralta, en Córdoba, en 2003, para indagar por la suerte de un hermano del marido de una hermana mía que se encontraba secuestrado, pero infortunadamente esa persona fue asesinada por las Auc, todo se limitó a eso, nada más”, dijo Chaux y negó que hubiera pedido apoyo de los paramilitares para ganar las elecciones a la Gobernación. Además, afirmó que acudió a la reunión a instancias del senador Miguel de la Espriella, actualmente investigado por la Corte Suprema de Justicia por sus presuntos nexos con paramilitares.

Poco después, el ex gobernador declinó el nombramiento en Holanda, pero aceptó la Embajada en República Dominicana, cargo al que debió renunciar después del escándalo por la reunión en Palacio con los emisarios de ‘don Berna’ y de un bochornoso episodio en el que apareció grabado en una conversación con ‘Job’ -asesinado en misteriosas circunstancias en Medellín el 28 de julio pasado- en la que hablaban sobre la posibilidad de que el paramilitar convenciera a su amigo ‘H.H.’ para que se abstuviera de mencionarlo en las versiones libres en la Fiscalía.

Investigado en forma preliminar por la Fiscalía, el círculo parece cerrársele a Chaux, quien con cada nueva revelación pierde margen de maniobra. Su asistencia a la cumbre de ‘La 15’ confirma las versiones de ‘H.H.’ ante fiscales de Justicia y Paz en el sentido de que su organización apadrinó su candidatura a la Gobernación del Cauca.

Cuotas burocráticas

La mención de Chaux en la cumbre de ‘La 15’ no es el único ingrediente novedoso. También lo es la presencia de Luis Alberto Gil, el único de los congresistas señalado en varias oportunidades de nexos con las Auc que no tiene requerimientos judiciales pese a que hace más de un año la Corte Suprema le envió a la Fiscalía pruebas que ameritaran abrirle, al menos, una investigación preliminar. CAMBIO lo consultó…

Las mismas fuentes aseguran que uno de los pupilos políticos de Gil, el ex gobernador de Santander Hugo Aguilar, consiguió en la reunión de ‘La 15’ el respaldo que necesitaba para llegar al primer cargo de su departamento. Aguilar habría sido invitado por Iván Roberto Duque, ‘Ernesto Báez’, con quien se habría comprometido a que si llegaba a la Gobernación daría cuotas de poder a las Auc. “Las evidencias están a la mano, el señor Aguilar le entregó la Gobernación a los paramilitares”, le dijo a CAMBIO el senador liberal Hugo Serrano Gómez, quien recordó que el primer secretario de Educación del gabinete de Aguilar, Bonel Patiño Noguera, fue recomendado por ‘Báez’, como lo admitió el propio Patiño ante las autoridades.

Pero además de esto, hay otro hecho que confirma que el nombramiento fue impuesto por los paramilitares. Después de ganar las elecciones de 2003, Aguilar anunció que a la Secretaría de Educación iría Elvia Hercilia Páez, esposa del congresista Bernabé Celis, pero luego Patiño apareció nombrado. “No me cabe duda de que la reunión con los paramilitares se realizó y de que el señor Aguilar y el señor Gil, su jefe político, han comprado a funcionarios judiciales para mantenerse en la impunidad”, aseguró Serrano.

Además de Chaux, Aguilar y los jefes paramilitares mencionados, la nómina de los asistentes a ‘La 15’ la completan personas que están siendo procesadas o cuya situación jurídica ha sido definida: Miguel de la Espriella, Rocío Arias, Eleonora Pineda, Muriel Benito-Revollo, Carlos Clavijo y Jairo Merlano.

Interrogada por CAMBIO sobre el asunto, la ex congresista Benito Revollo dijo: “He escuchado sobre esa reunión pero no podría precisar si asistí o no a la reunión, y no puedo porque ese es un capítulo de mi vida que yo decidí cerrar y me hice el propósito de olvidar”.

Miguel de la Espriella, recluido en La Picota, aseguró que es muy posible que se haya realizado esa “cumbre”, pero que no recuerda haber participado en ella. “Sé que la finca ‘La 15’ existe y que queda entre Valencia y San Pedro de Urabá, y supe que hubo una reunión con congresistas de Antioquia, coordinada por ‘Ernesto Báez’ “.

Merlano, por su parte, negó cualquier relación con el hecho. “Ni siquiera sé dónde queda San Pedro de Urabá -dijo-. No conozco a Mancuso ni conocí a Castaño y le he probado a la Justicia que jamás me he reunido con jefes paramilitares”.

Las revelaciones sobre reuniones entre candidatos y jefes paramilitares como la de Ralito, considerada hasta ahora como la columna vertebral de la parapolítica, demuestran que las Auc llegaron lejos en su estrategia de cooptar el Estado en los niveles local, regional y nacional mediante políticos a quienes apoyaron en las elecciones con miras a fortalecerse y lanzar una propuesta de negociación con el Gobierno que ayudarían a elegir en 2002.Todo indica, sin embargo, que la profundidad de la contaminación y el número de involucrados es mayor de lo que se pensaba, y que la Justicia tiene aún una madeja muy grande para desenredar y muchos cabos para atar.

Luis Alberto Gil
Ex senador

A través de su equipo de asesores el ex parlamentario y ex director de Convergencia Ciudadana comunicó que aunque él y sus abogados han estado al tanto de las incidencias del proceso que avanza en la Fiscalía sobre sus presuntos nexos con paramilitares, hasta el momento no conoce ningún documento judicial que lo relacione como asistente a las “cumbres” de 2001 y 2002 con miembros del estado mayor de las autodefensas y otros dirigentes políticos. Anunció también que mantendrá su posición de no controvertir testimonios ni versiones que se produzcan por fuera de los escenarios judiciales, pues no le interesa chocar con la autoridad de sus jueces naturales. Aseguró, sin embargo, que su asistencia a una reunión de esa naturaleza es improbable porque del departamento de Córdoba solo conoce la ciudad de Montería y nunca ha estado en áreas rurales.

Hugo Aguilar
Ex gobernador de Santander

“Jamás he estado en una zona donde actúen bandidos sin el esquema de seguridad institucional que me ha acompañado durante mi permanencia en cargos públicos. No he ido a Córdoba desde la época en que permanecía activo como oficial de la Policía y en Antioquia, después de Pablo Escobar, sólo he estado en dos ocasiones: una, cuando me sometí a una cirugía de ojos y otra cuando me correspondió representar a mi departamento en una cumbre de gobernadores. Lo que se diga distinto a eso es obra de mis malquerientes que nunca vieron con buenos ojos mi llegada a la Gobernación ni soportaron el éxito de mi gestión”.