El origen de la sevicia paramilitar en el norte del Valle

En una versión libre colectiva, cinco exparamilitares del Bloque Calima contaron cómo llegaron las Auc al norte de Valle del Cauca y enunciaron 24 hechos que dan cuenta de su barbarie en la región.


Los exparamilitares Ricardo Dagua Guetia, alias ‘El Inidio’; Jimmy Alberto Jurado Jurado Silva, alias ‘El Gringo’; Jhon Faver Marín Dávila, alias ‘Junior’; Diego Alberto Pérez López, alias ‘Aladino’; y Luis Fernando Martínez Ramos, alias ‘Enano’, le contaron durante dos días a la Fiscalía de Justicia y Paz los crímenes que cometieron en los límites entre los departamentos de Valle del Cauca y Quindío.

Alias ‘El Indio’ narró cómo fue la llegada de los paramilitares a Caicedonia y sus sectores aledaños.

El postulado contó que entre finales de agosto y principios de septiembre de 2000, alrededor de 60 paramilitares salieron a “romper zona” desde el centro del Valle hacia Quindío.

Los paramilitares se organizaron en el sector conocido como El Brillante en dos grupos que estuvieron al mando de alias ‘Fabián’ y alias ‘Jairo’, pero los jefes de la incursión fueron alias ‘Carlos’ y alias ‘Nechí’.

De El Brillante se dirigieron a Boquemonte, en donde fueron llevados en dos camiones hasta la zona rural de Caicedonia. En la madrugada llegaron a La Antena y en las primeras horas de la mañana partieron a pie hacia el sur de Quindío.

Durante su recorrido hacia Quindío los paramilitares cometieron cinco asesinatos en Caicedonia. La primera víctima fue un hombre al que asesinaron a garrote en una finca ubicada en Bosque Alto, porque supuestamente en ella encontraron camuflados. De esa finca se llevaron amarrado a otro hombre al que señalaron de hacerse pasar como guerrillero para robar en la región.

Las siguientes víctimas fueron asesinadas en la vereda Puerto Rico porque se encontraban consumiendo drogas. Los exparamilitares dijeron que incautaron drogas, dinero y dejaron los tres cadáveres afuera de la casa en la que se estaban drogando.

El último en ser asesinado fue el hombre que los paramilitares se llevaron de la finca en Bosque Alto.

El recorrido del grupo paramilitar llegó hasta la vereda Alto de Guacas en Quindío. En ese sitio los paramilitares tuvieron un enfrentamiento con el Ejército y se vieron obligados a regresar al Valle del Cauca. ‘El Indio’ contó que en ese combate murieron siete paramilitares y el grupo posteriormente se asentó en la zona rural de Caicedonia.

Al poco tiempo de haber instalado al grupo en el norte del Valle, alias ‘Carlos’ fue reemplazado por alias ‘Clavijo’, quien en octubre de 2000 le cedió el mando a Jair Alexander Muñoz Borja, alias ‘Sisas’. Ese grupo fue conocido como el Frente Cacique Calarcá y delinquió en los municipios de Sevilla y Caicedonia en el Valle y en los municipios de Génova y Pijao en Quindío.

Asesinatos
Durante los dos días de versión libre, los cinco postulados reconocieron 30 asesinatos que cometieron en el casco urbano de Caicedonia, su zona rural y sus alrededores.

Los casos enunciados corresponden a hechos que cometieron ellos o de los que se enteraron por su pertenencia a las Auc entre 2000 y 2001. En la mayoría de los casos los exparamilitares no indicaron el nombre de las víctimas ni las fechas en las que fueron asesinadas.

Los postulados dijeron que las personas fueron asesinadas porque sus informantes las identificaron como miembros o colaboradores de la guerrilla. Uno de los informantes que más personas les señaló a los paramilitares fue un inspector de policía conocido como Juan Pablo.

Según alias ‘El Gringo’, quien fue jefe de los urbanos en Caicedonia entre enero y agosto de 2001, ese inspector “hizo matar mucha gente en Caicedonia” porque “en ese entonces se le tenía tanta confianza que se hacía lo que decía”.

‘El Gringo’ también contó que él y dos paramilitares más asesinaron al inspector Juan Pablo al frente de su casa, porque se había quedado con dos millones de pesos que le dieron para que les comprara municiones.

Pero los paramilitares no sólo mataron a supuestos auxiliadores o miembros de la guerrilla en Caicedonia. Los postulados también contaron que las Auc se encargaron de hacer “limpieza social” y purgas internas.

En los primeros casos, los paramilitares asesinaron a drogadictos y a presuntos delincuentes durante sus “jornadas de vigilancia”. Mientras que en los segundos, contaron que algunos miembros de las Auc fueron asesinados porque delinquían por su cuenta o desertaban del grupo para delatarlos ante las autoridades.

Descuartizamientos y torturas
En las versiones libres también se enunciaron algunos hechos que reflejan el lado más oscuro y siniestro de las Auc para controlar las diferentes regiones en las que delinquieron.

Alias ‘El Gringo’ dijo que en noviembre de 2000, él y otro paramilitar descuartizaron vivos a dos menores que fueron señalados por algunos pobladores como ladrones.

“Los llevamos a un cafetal, ’01’ le dispara en la cara al mayor y lo descuartiza vivo”, señaló el exparamilitar, quien agregó que esa fue la primera vez que descuartizó a alguien e indicó que las víctimas fueron desmembradas con un cuchillo.

‘El Gringo’ dijo que “cuando a uno le dan una orden tiene que cumplirla y me demoré 15 minutos”. El exparamilitar también dijo que la orden la recibió de su hermano alias ‘El Tigre’, quien fue jefe de uno de los grupos del Frente Cacique Calarcá en la región rural de Caicedonia.

En la versión también los desmovilizados contaron el asesinato de dos supuestos milicianos de las Farc que fueron “asesinados y picados” en la vereda Bosque Bajo por orden de alias ‘Chiquito Malo’. Los exparamilitares dijeron que la práctica de desmembrar los cuerpos de las víctimas no era una orden de sus superiores, sino que “era determinación de cada comandante, si lo ordenaba, se tenía que cumplir”. Además, dijeron que escucharon que se descuartizaban a las víctimas para “hacer un roto (fosa) más pequeño y los cuerpos no fueran encontrados”.

Algunas víctimas que fueron retenidas por este grupo de paramilitares fueron sometidas a torturas. Así lo demuestra el caso de un informante del Ejército que fue torturado durante toda una noche y una madrugada antes de ser asesinado.

‘El Gringo’ dijo que un militar conocido con el alias de ‘Fercho’ les entregó a un hombre que estaba alertando al Ejército sobre la ubicación de los paramilitares. A raíz de sus denuncias, los paramilitares tuvieron que cambiar de ubicación en varias ocasiones. Por esa razón, según contó alias ‘Aladino’, el jefe paramilitar alias ‘Sisas’ ordenó “terapiarlo, así como él nos terapió a nosotros”.

La ‘terapia’ consistió en amarrar desnudo a la víctima a un palo y no dejarlo dormir. Para ello, los paramilitares lo golpearon, le arrojaron agua y lo insultaron durante sus turnos de guardia. Alias ‘El Indio’ y alias ‘Junior’, contaron que a la mañana siguiente llevaron a la víctima a una pinera, en donde fue asesinada a garrote. Los postulados dijeron que escucharon que el responsable del asesinato fue alias ’01’ y que también le cortaron una oreja antes de morir.

En noviembre de 2000 los paramilitares también torturaron y asesinaron a una persona que fue señalada por algunos habitantes de la vereda San Gerardo como ladrón y asesino. Esa víctima fue colgada en un árbol de una finca y la obligaron a pasar la noche en vela para que se ahorcara cuando se durmiera.

Sobre las fincas en las que los paramilitares cometieron asesinatos y pasaron las noches, los postulados explicaron que algunos propietarios no se daban cuenta de su presencia, y los que sí lo hacían, no podían hacer nada. “Los propietarios, les gustase o no, no podían hacer nada. Estábamos poco tiempo en las fincas”, explicó uno de los exparamilitares.

http://www.verdadabierta.com/justicia-y-paz/3043-el-origen-de-la-sevicia-paramilitar-en-caicedonia