Desde la Injusta Prisión 2

Mauricio Avilez defensor de Derechos Humanos y de los Pueblos. Hoy cumple un mes y 15 días de haber sido detenido arbitrariamente. Joven de 24 años, estudiante de Derecho. Sus opciones arraigadas profundamente en el evangelio en la opción por los empobrecidos, por los excluidos. Sin ser abogado defendiendo. Sin ser abogado afirmando la justicia.


Testigo falso. Testigo mentiroso. Testigo que ni lo conoce ni lo conoció. Retratos hablados incoherentes. Si alguna vez quiénes están detrás de la injusta detención confrontaran su absurdo montaje, si alguna vez el ropaje de hierro se oxidara y diera paso a su sensibilidad, negando la insensatez de su esquizofrénica persecución judicial … se encontrarían con un joven creyente, amante de la vida, seguidor de Jesús en los desplazados, los desarraigados, un joven incapaz de la violencia… simplemente un soñador, un poeta, un artesano de la vida con dignidad.

Ellas y ellos, se encontrarían con la transparencia de la palabra, con el abrazo de la solidaridad, con la alegría de los pueblos.

Hace un mes y medio detenido arbitraria, injustamente … De una familia de pocos recursos económicos, de una madre sencilla de la que aprendió a amar el evangelio, desde esas entrañas sus escritos

A los creyentes de la humanidad un llamado a acompañar a MAURICIO AVILEZ, el cristiano, el joven, el defensor de derechos de los desplazados y desarraigados, el memorista de vidas religiosas, el costeño de búsquedas ecuménicas …. escriban sus comunicaciones al Fiscal General de la Nación, LUIS CAMILO OSORIO exigiendo su libertad, dejando Constancia y Censura Moral ante la ausencia de un debido proceso y un montaje judicial incoherente, absurdo y falaz.

Desde la injusta prisión, Mauricio Avilez escribió, Lo que nunca se Acaba

Caminares de pies cansados
Arados sin rosas
Y manos pidiendo pan
Sudores de dolor
Miradas perdidas
Y anhelos sin esperanza

Días sin presente
Mundos sin futuro
Retorcijones de hambre
Manos caídas, que no las pueden levantar
Fue obrero, albañil
Jornalero, panadero
Carpintero y tantos más

Caminando lento, con temor
Bajas la cabeza
Y el burócrata dice: no

Media vuelta
Sales sin pensar
La mirada perdida
Y en el hogar
Un plato pidiendo pan

Sufro como sufres
Mi hambre es de sus hambres
Digamos lo que en silencio callan
Hagamos lo que en el temor guardan

En el surco hay miradas
Viene un alba que bendice
Mientras juntos empujamos al sol

Bogotá, D.C Julio 25 de 2004

Comisión Intereclesial de Justicia y Paz