“Con la paz hay uso de la mentira para desinformar”: monseñor Monsalve.

Hoy, cuando la Iglesia Católica concluye su Semana Santa, monseñor Darío de Jesús Monsalve, arzobispo de Cali, expresa que “si Jesús estuviera predicando las obras de misericordia, no diría: ‘tuve hambre y me dieron de comer’, si no ‘tenían comida y ahora importan hasta un tomate’. No diría, ‘tuve sed y me dieron de beber’, si no ‘tenían agua por montones y volvieron esto un desierto’. No diría, ‘estuve desnudo y me vistieron’, si no ‘tenían sus textileras y las dejaron quebrar, con la mercancía mala y barata de china’”.


El arzobispo de Cali, Darío de Jesús Monsalve, sostiene que la ciudad debe repensarse en función de su área metropolitana.

No tiene pelos en la lengua. Sabe que lo han señalado de ser un cura de izquierda, de ser auxiliador de la subversión y hasta de interesarse más en la política y la paz que en los temas de ciudad.

Quizás por estar en la comisión facilitadora de diálogos con el ELN, su nombre se ha asociado con el estilo del cura Camilo Torres, pero él se reconoce como un conservador de mente abierta, que apoya al Papa Francisco, en revolucionarias posturas como acelerar la nulidad del matrimonio y acoger al divorciado.

Hoy, cuando la Iglesia Católica concluye su Semana Santa, monseñor Darío de Jesús Monsalve, arzobispo de Cali, expresa que “si Jesús estuviera predicando las obras de misericordia, no diría: ‘tuve hambre y me dieron de comer’, si no ‘tenían comida y ahora importan hasta un tomate’. No diría, ‘tuve sed y me dieron de beber’, si no ‘tenían agua por montones y volvieron esto un desierto’. No diría, ‘estuve desnudo y me vistieron’, si no ‘tenían sus textileras y las dejaron quebrar, con la mercancía mala y barata de china’”.

Y agrega que hoy la lectura de las obras de misericordia, de Mateo 25 sería un reclamo a los modelos económicos que generan hambre, sed, desnudez y falta de techo “ahora los meten en casas que parecen cajas de fósforos, porque a los pobres les hacen lo peor. Tampoco tienen derecho a la salud, porque lo volvieron un sistema mercantilizado, y menos, derecho a enterrar a los muertos”.

Sobre este y otros temas como la pederastia, los cambios en la Iglesia, la paz con las Farc y el ELN y los problemas sociales de Cali, el Arzobispo habló con El País.

Monseñor, ¿qué tanto hay de mito y qué tanto de realidad, en torno a que cada día hay menos religiosidad para celebraciones como la Semana Santa?

No tenemos una medición, pero cada año nuestros templos se muestran insuficientes para las celebraciones. En Cali, tenemos 170 parroquias y centros de culto. Hay templos muy pequeños y mal ubicados. Los grandes son muy pocos.

Debemos dar un salto, como cuando el arzobispo Uribe Urdaneta reordenó las parroquias. Ahora hay una nueva periferia, con Yumbo, Jamundí y Cali.

Hay que diseñar unos sitios estratégicos, como un gran templo de Siloé, en el sector de La Estrella. Decirle a la Alcaldía que se comprometa conmigo en eso, también para que el MíoCable tenga algún sentido en el sector. Sería la parroquia Cristo Luz del Mundo, ya tenemos el terreno.

¿Usted qué opina de la gente que se va a pasear en Semana Santa?

Que tienen buena plata y poca vida doméstica. Entonces salen a tratar de encontrar lo que en casa no tienen. No lo hacen por maldad si no por la misma dinámica consumística y vacacional de la sociedad. Lo que habría es que proveer espacios para que tuvieran también momentos de reflexión e integración espiritual. Me he dado cuenta por ejemplo que en todas esas playas hay una ocasión de celebrar con un párroco.

Siendo autocrítico, ¿cuáles cree que son los pecados de la Iglesia Católica, que han incidido en que algunos fieles renuncien a la misma?

La Iglesia se identifica con la institución y la jerarquía y con quienes administramos el culto. Necesita ser más comunitaria, integrar las familias, a los laicos y a las parejas sacramentales. Necesita involucrar más a sus fieles. Una iglesia como la llama el Papa Francisco: sinodal, laicos y religiosos, caminando juntos.

Pero monseñor, las denuncias de pederastia y corrupción, sin duda han apartado a muchos fieles…
Sin duda. Esos acontecimientos que han ocurrido en las últimas décadas denuncian situaciones que son muy propias del modelo sacerdotal católico, donde se ha privilegiado la formación de los sacerdotes sustraídos de los ambientes sociales.
Se han recluido en el seminario, en la casta clerical y eso funcionaba en un momento piramidal pero el modelo entró en crisis. Se crea, entonces un interrogante sobre ese modelo sacerdotal, tridentino. Hoy la iglesia está urgida a revisar.

Si le entiendo bien, ¿usted sería partidario de una iglesia católica en la que el sacerdote pudiera ser padre y esposo, como en la Ortodoxa?

El problema no es ser partidario o no. De lo que se trata es que la iglesia revise su ministerialidad, su formación y la manera como se identifican sus ministros. Se puede entender cuando vemos modelos ministeriales distintos como el ortodoxo o los protestantes. No hay que imitarlos pero sí aprender, reformar el modelo.

Se han tomado medidas que van dando resultados. Aquí en Cali los casos (de pederastia) que se han tenido son muy delicados pero se han ido superando.
La iglesia tendrá que sopesar cómo integra a los más jóvenes y a los definidos en su afectividad, con una formación más sólida para que no pase de agache.

¿Uno podría darle un parte de tranquilidad a los caleños, de que en sus sacerdotes hay una fe concentrada y están libres de fenómenos tan duros para la sociedad?

El fenómeno de la pederastia está gravemente arraigado en las conductas sociales. Cali tiene más de dos mil denuncias anuales de menores abusados. En Colombia son más de 30 mil anuales, solo los que se denuncian.

La sociedad con razón se exorbita cuando cae sobre un clérigo, el católico o el evangélico. Pero hay años que no tienen un solo clérigo. No es cuantitativo, un solo caso es muygrave.

Pero la Iglesia sí ha asumido el problema con manuales de prevención, de conducta, procedimientos canónicos. El tema se va manejando de una manera más adecuada.

Usted ha hablado en varias oportunidades de lo bien que le cae a la iglesia el mensaje del Papa Francisco, pero creería uno que tanto cambio en una iglesia conservadora, es poco viable. ¿Cree que será posible ver a un divorciado comulgando, por ejemplo?

Creo que las reflexiones que ha suscitado el Papa con sus decisiones van en la línea más tradicional, de mayor fidelidad, más sencilla, más pobre, más transparente, misionera y solidaria con el ser humano.

La última reforma que el Papa está planteando es la de los procesos de nulidad, muchas parejas que se unieron por el sacramento del matrimonio y la cultura los ha sacado en una cultura de la sexualidad donde no hay límites muchas veces.

La reforma facilita la búsqueda de una respuesta eclesial a los que quieren tener una vida cristiana sacramental. En el fondo, el Papa ha buscado que la comunidad parroquial tenga una solución. Eso refuerza el tejido social que estaba muy abandonado. Viene una época donde se enriquece más la vida familiar.

Usted ha sido facilitador en la búsqueda de un posible proceso de paz con el ELN. ¿Por qué por momentos parece tan difícil esa negociación?

El ELN es muy distinto de las Farc. Su estructura militar es más pequeña, pero ha tenido una base social más amplia, con un componente religioso muy significativo.
Me parece equivocado entenderlo como un apéndice que se puede añadir al proceso de las Farc. El ELN está reclamando una participación respetuosa de interlocutores, que no sea humillante, que no aporta. Es como el elefante haciendo una demostración de fuerza con el ratoncito.

El señor Presidente, a quien admiro por su compromiso con la paz, dijo que al ELN no le quedaba si no subirse al bus de la paz o llegar a la tumba. Ese lenguaje es reactivo.

Se ha especulado que alias Pablito, uno de los líderes del ELN, está en contra de que se adelante esa negociación. ¿O es más por la forma en que el gobierno se ha manifestado?

El ELN tiene voluntad, pero se hace interrogantes y sabe que si el piso de La Habana no es firme hay una expectativa. Ha habido un problema del lugar porque lo que ha sido Cuba para las Farc, se pretendía que fuera Venezuela para el ELN.

También se daba una circunstancia de líneas y tensiones internas que se ha logrado limar y sintonizar, con la voluntad de llegar a una fase pública de diálogos. El ELN está avanzando, empezaron a cumplir las entregas (secuestrados) y creo que en la medida en que se consolide lo de La Habana, el ELN va a estar más tranquilo.

Al ciudadano le resulta difícil entender cómo una guerrilla que dice querer la paz realiza atentados, secuestros y ocupa zonas de las Farc. ¿Cómo creerles que sí tienen una voluntad de paz?

Las Farc hicieron un cese unilateral y eso ha tenido un impacto en el Pacífico. El ELN debería recibir las señales del Estado de que un cese unilateral sería bien recibido. Luego, un cese bilateral que si se da con las Farc se pone un buen piso para que el ELN y gobierno lleguen a un acuerdo. ¿Cómo se entiende la ofensividad del Estado, que es constitucional, pero es una ofensividad que tiende al exterminio? El ELN se ha sentido fuertemente atacado.

Por posturas como esta a usted se le ha catalogado como un cura de izquierda…

Si fuese así, sería más bien de ultra derecha, porque mi vida es más ortodoxa que la de un conservador, pero mi mente es más abierta, entiendo que la mente de un pastor católico tiene que estar siempre en función de construir puentes entre los adversarios, los extremos. Me concibo al servicio de toda la sociedad.

Se negocia con las Farc, pero sigue el ELN, las Bacrim, el microtráfico… pareciera que hay un espiral inacabable de violencia.

Ahí nos pasamos del tema del conflicto armado subversivo a la violencia. Pienso que no hay que hablar de posconflicto si no de una pos violencia y eso significa que este país como sociedad tiene que tener una voluntad política.

Ese espíritu incluyente tiene que empezar a expresarse y en buena hora, el gobierno actual fue muy guerrerista y luego entendió que este país solo logra un desarrollo si soluciona su conflicto armado interno.

El mundo abrió una oportunidad. Lo decía Kerry en La Habana. No estamos solos apoyando el proceso, está la ONU, la Comunidad Europea, el Papa Francisco.
Y al ELN le ha pasado igual, ha recibido ofrecimientos de países de financiar el proceso. Por primera vez el mundo entero quiere que esta esquina del mundo solucione su conflicto interno. Hay que recuperar un espíritu de Nación y esta oportunidad de construir su paz con apoyo mundial.

Mucho se ha criticado en los últimos días que la paz no se haya firmado el 23 de marzo y que aún haya puntos sobre los que no existe un acuerdo ¿Cómo ve el proceso con las Farc?

Ese ha sido un trabajo de mucha paciencia y sabiduría, es muy fácil criticar pero se ha construido con mucha dedicación y una mente responsable. El país no se debe dejar engañar, hay demasiado uso de la mentira para desinformar. Hay un proceso serio y el país debe confiar.

¿Quién está haciendo uso de la mentira para desinformar?

Yo le recomiendo que se lea el Evangelio de San Juan, capítulo 8 del verso 44 en adelante sobre quién es el que desde el principio ha sido homicida, mentiroso y padre de la mentira. Según San Juan, ese es Satanás, el maligno. Desde el principio es homicida (la historia de Caín y Abel) y padre de la mentira: mentiroso. El maligno tiene muchos seguidores en el mundo que utilizan la mentira el maquiavelismo, la forma de engañar y reciclar la mentira.

¿Pero tiene nombre y apellido ese maligno?

Tiene muchos apellidos en la historia de Colombia. Lo triste es que haya quiénes se le apunten a ser sucesores en esa cadena. Si le quedan dudas, lea la segunda carta de San Pablo a los Tesalonicenses, capítulo dos, verso dos y siguientes para que entendamos qué es el misterio de la inequidad. A la gente le da susto cuando hablamos del demonio. Pero hay cosas que pasan en el mundo que tienen ese carácter.

El hecho de que países del Medio Oriente no hayan podido tener derecho a la protección de su vida y que por la riqueza en petróleo hayan tenido que acudir al islam como defensa nacional produjo una tragedia. Si desde el 11 de septiembre del 2001 no se decidió abrir una mesa y sanar esas heridas, contribuimos a que esos pueblos hayan ido desapareciendo casi completamente.

Y ahora ellos dicen: si no tenemos derecho de protección a la vida, ni Estados Unidos ni Europa tienen derecho. Eso es gravísimo.

De algún sector se le critica el excesivo interés en temas de orden nacional, asumiendo que le resta interés a los temas de la ciudad…

No me desentiendo de la ciudad, pero la ciudad no la entiendo, sin la región, sin el país. Estoy muy metido en lo regional. Y me tengo que meter en lo nacional, como miembro de la Conferencia Episcopal. Se reciben sugerencias, para hacerlo mejor.

También lo han señalado de alcahueta con los transportadores. Dicen que cada vez que ellos quieren protestar, usted les abre la catedral para que se la tomen…

Ese es un tema muy controversial. Para mi es claro. La ocupación de una iglesia por un sindicato o un movimiento social es una preocupación de la iglesia. Más fácil sería llamar al Esmad a que los saque. Hay un clamor que hay que escuchar.
Los alcahuetas, como dice usted, son los que han permitido que una empresa siga sin pagar seguridad social, adeudando salarios. Cómo a una empresa que es un servidor de la ciudad le mantienen su condición si no cumple sus deberes. Cómo la Alcaldía sale a decir que no es problema de ellos si no de la empresa, cuando la empresa presta un servicio público.

Pero los operadores dicen que están quebrados

Pues claro. Si usted tiene un negocio y no tiene quién lo controle y le exija resultados, lo más fácil es decir que está quebrado para que le sigan echando plata y nunca tienen fondo. Es un circulo vicioso peligrosísimo y en ese círculo puede perecer el sistema de la ciudad.

Entonces, ¿usted cree que a los operadores les ha faltado compromiso con el sistema?

Sí, eso es evidente. Y al gobierno le ha faltado compromiso con la ciudadanía. Cali tiene problemas graves en movilidad, aunque se ha desatrasado. Tiene problemas de dotación de servicios, cortes de energía, salud, educación… Yumbo está rajado en medio ambiente, entonces hay que hacer una reingeniería de ciudad y de región porque cada municipio metido solo en su jurisdicción no funciona.

¿No le ha picado el bicho de la política?

No cambiaría la felicidad que siento de ser un servidor de las causa del bien común a ser un triste cargador de la jíquera de los apoyos políticos. Hay que redimir la actividad del político ¿será Colombia capaz de salirse del clientelismo?

¿Qué opinión le merece Maurice Armitage?

Me dan muy buenas referencias los que lo conocen como empresario y quienes lo conocen desde niño, como la familia De Roux. El padre Francisco me dice que es un hombre de total confiabilidad. En el trato es una persona sencilla, directa. No sé ya su perfil para administrar una ciudad como esta. Lo importante es la inteligencia práctica de un alcalde, para saber de quiénes se rodea e ir aprendiendo a direccionar los temas.

¿Qué hacer para mitigar el hambre?

Armitage nos ha planteado su interés de ampliar el Banco de Alimentos a la ladera y un componente productivo: que haya una agricultura urbana. Para él, la obsesión es el trabajo, plantear las zonas rurales y urbanas, para una seguridad alimentaria. Me parece muy preocupante cada vez que hay un paro el país debe importar alimentos.

¿Somos indiferentes los caleños?

La cultura del negro es comunitaria y solidaria y somos más del 50% una ciudad negra. La campesina emigrante de la ciudad, está basada en la familia y la vecindad. La cultura azucarera es muy empresarial: de familia y de herederos, pero tiene un problema.

Los empresarios fueron muy abiertos al otro. Los herederos se abrieron a Nueva York, París, Londres y a esto le dieron la espalda. Se necesita una reconexión entre esa solidaridad de quien hace empresa y quien tiene una bondad original, pero no tiene oportunidades. Hacer ese encuentro entre la carencia y la opulencia es muy importante.

¿Y el ciudadano de a pie qué debe hacer?

Hay que fundar un civismo de nuevo cuño. Un civismo de ciudad grande, de megápolis que lucha contra el consumismo que es desastroso porque usa y bota y las calles son basureros, los caños, los ríos, todos toman agua y botan la botella, el paquete. No hay basureros en los carros. Se necesitan voluntariados, explotar el civismo y el cuidado de lo público.

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